Excusas
Lo que el Estado no vio (o no quiso ver) en Jet Set
Lo que ha pasado en Jet Set duele, y también exige una respuesta. Porque más allá de la tristeza está el deber de actuar, y de garantizar que se haga justicia, de verdad, por las víctimas y por todo el país.
En su primera aparición pública tras la tragedia, el presidente Luis Abinader expresó que "hay un vacío en la ley (...) que debemos solucionar", en lo que compete a la supervisión de las edificaciones privadas.
La expresión del presidente preocupa, porque supone que no existe un mecanismo de supervisión para las obras ya concluidas, como era el caso del Jet Set. Por ese drenaje planteado como "vacío", pueden filtrarse las responsabilidades institucionales, cuando a fin de cuentas se trata de una falta de voluntad generalizada.
Y pareciera que de alguna manera busca blindar al Estado ante cualquier acción legal. Además de las que se esperan contra los propietarios del local.
Por supuesto que las leyes pueden revisarse y mejorarse. Pero si se hace, debe ser para unificar en una sola institución esa responsabilidad, no para crear un Frankenstein legal que permita la continuidad de la elusión de responsabilidades, como ha ocurrido hasta hoy.
El dolor que hoy vivimos no se alivia con discursos ni con promesas futuras. La ciudadanía espera acciones concretas, no explicaciones que suenan a excusa.
Hablar de un vacío suena a desviar el foco. Lo que hizo falta, ciertamente, fue voluntad de todos para asumir responsabilidades y para prevenir nuevas tragedias.
Hoy lloramos lo que se ha perdido. Pero más grave sería perder también la oportunidad de corregir. Que la historia no se repita. Que la memoria de las víctimas impulse el cambio.