Dr. Julio Manuel Rodríguez Grullón: una vida de servicio patriótico ejemplar
Patriotismo con visión de futuro

Quienes conocemos al doctor Julio Manuel Rodríguez Grullón damos fe de sus décadas dedicadas a la defensa de los valores trinitarios y la soberanía de la República Dominicana. Durante más de 20 años en el Instituto Duartiano, su labor incansable ha contribuido a fortalecer la dominicanidad y a llevar los principios cívicos de los fundadores de la nación a pueblos y provincias de todo el país.
Más allá de su compromiso patriótico, su carrera en la medicina ha sido también destacada a nivel nacional e internacional. Galardonado como Maestro de la Medicina Dominicana, expresidente de la Asociación Médica Dominicana, y profesor de generaciones de médicos, ha dirigido importantes centros de salud, algunos de los cuales hoy llevan su nombre. Su trayectoria médica y su entrega humana son ampliamente reconocidas.
En momentos de especial tensión por el tema migratorio haitiano, el doctor Rodríguez Grullón asumió la presidencia del Instituto Duartiano. En ese contexto, ante declaraciones insensatas en redes sociales —como el llamado de un comunicador a portar armas en la marcha de Friusa—, sus intervenciones públicas fueron un llamado oportuno a la paz, la prudencia y el respeto mutuo entre dos pueblos que comparten una isla, pero deben coexistir desde sus respectivas naciones.
Sus palabras, sin embargo, fueron distorsionadas por algunos medios, presentándolas falsamente como un gesto de permisividad hacia la inmigración ilegal. Nada más alejado de su pensamiento. Rodríguez Grullón ha sido firme defensor de la legalidad, del ideario de Duarte y de los principios de soberanía que inspiran al Instituto Duartiano.
El patriotismo sensato, como el que él ha ejercido, exige firmeza en la aplicación de las leyes migratorias, pero también visión de largo plazo. Fortalecer la frontera con tecnología moderna y control eficiente es urgente, pero también lo es promover el desarrollo de Haití. Si ese país logra estabilidad, sus ciudadanos tendrán menos necesidad de emigrar. Ese escenario sería beneficioso para la República Dominicana en todos los ámbitos: salud, educación, seguridad y presupuesto.
En lugar de múltiples repatriaciones sin solución duradera, es más efectivo apoyar programas de alimentación escolar, salud y formación técnica en Haití. Eso requiere coordinación internacional, pero también una participación más activa del Estado dominicano en los espacios multilaterales, especialmente en la comisión mixta bilateral y el CARICOM.
En paralelo, urge que la comunidad internacional impulse, con apoyo logístico de países como El Salvador, un sistema penitenciario funcional en Haití, que contribuya a restaurar el orden básico en ese país. La pacificación de Haití no es solo una necesidad humanitaria, sino una prioridad de seguridad nacional para la República Dominicana.
El doctor Rodríguez Grullón ha representado esa visión integral: firmeza con principios, pero también apertura a soluciones estructurales. Su legado merece reconocimiento como ejemplo de civismo, compromiso patriótico y racionalidad en tiempos de confusión y ligereza.