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De los "hitos históricos" a los "recules crónicos": desafíos del segundo período de Abinader

Los "recules" que erosionan la credibilidad del gobierno dominicano

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De los "hitos históricos" a los "recules crónicos": desafíos del segundo período de Abinader
El gobierno de Luis Abinader enfrenta críticas por promesas incumplidas y decisiones erráticas, marcadas por constantes rectificaciones. (FUENTE EXTERNA)

El gobierno de Luis Abinader enfrenta un punto crítico, marcado por el desgaste de una gestión que ha combinado grandes anuncios con promesas que, en muchos casos, no se han traducido en resultados concretos. Diversos analistas políticos y profesionales reconocidos han señalado cómo la administración ha manejado las expectativas de la población mediante discursos grandilocuentes, mientras las acciones carecen del impacto tangible necesario para sostener su narrativa.

Los constantes "recules" no solo afectan la credibilidad política del gobierno, sino que también impactan emocionalmente a una población que comienza a sentirse desconectada de sus líderes. Esta desconexión alimenta un clima de incertidumbre y frustración, erosionando no solo la confianza en las instituciones, sino también la esperanza en un futuro mejor. Como decía Maquiavelo: "En política de Estado, el príncipe no responde a lo que le gustaría que fuese, sino que gestiona en la dirección de mejorar lo que tiene por delante, de acuerdo con las posibilidades reales."

Promesas vacías y el desgaste de la narrativa

Desde el inicio de su primer mandato, Abinader intentó posicionarse como el arquitecto de una "nueva República Dominicana," recurriendo a una estrategia comunicacional que definía cada acción como un "hito histórico." Sin embargo, tras más de cuatro años de gestión, predomina una sensación de decepción. La realidad se manifiesta en el deterioro de los servicios públicos, el aumento del endeudamiento y el estancamiento en áreas claves como la educación y la salud.

Como observó Aníbal de Castro en su columna "Rebobinar, gobernar," el gobierno atraviesa un "slump" político, evidenciado por proyectos fallidos como la reforma fiscal y decisiones que transmiten una imagen de improvisación. De Castro sugiere un "reset" estratégico que priorice la eficiencia, la transparencia y un enfoque claro en las necesidades más urgentes de la sociedad dominicana.

Algunas de las frases más incisivas del artículo de De Castro son:

  • "Rebobinar no significa retroceder, sino reconfigurar estrategias y establecer un norte claro y coherente."
  • "La experiencia con los traspiés debe servir como lección para prevenir futuros errores y disipar esa sensación de amateurismo."
  • "Faltan más resultados concretos, y los yerros y rectificaciones son siempre costosos, mucho más en términos políticos."
  • "Al Poder Ejecutivo le conviene resetear y reencauzar el propósito hacia el cumplimiento de las demandas más urgentes, con eficiencia y madurez."

Los "recules" como síntoma de desconexión

El término "recule crónico," acuñado en un artículo previo, describe una tendencia recurrente del presidente a retirar propuestas tras el rechazo social. Según el Dr. Pedro Mendoza, este comportamiento revela una desconexión entre los procesos de intención y atención en la gestión gubernamental. Mendoza argumenta que el presidente prioriza anunciar planes sin considerar si estos responden a las demandas reales y comprensibles de la ciudadanía.

Entre las críticas más relevantes del Dr. Mendoza destacan:

  • "El ´recule´ no es una muestra de inexperiencia, sino de falta de ´sopesación´ y de visualización detallada."
  • "El presidente, con sus ´recules´ repetidos, ha dado a entender que confunde los procesos de intención con los de atención, según la Psicología cognitiva."
  • "Los jefes de Estado deben priorizar los procesos de atención, que implican realizar proyectos claramente analizados, explicados y comprendidos por aquellos sobre quienes recaerán el financiamiento y los beneficios."
  • "Los ciudadanos solo comprenden aquello que les resulta claramente beneficioso ahora, no lo que se les promete como un beneficio futuro."

Este patrón no solo socava la confianza en el liderazgo de Abinader, sino que también evidencia una falta de planificación rigurosa. Como señaló José Luis Taveras, cercano al presidente:

  • "Vale más unas cuantas [acciones] bien hechas que muchas simplemente tocadas."
  • "Luis Abinader es un ejecutivo ansioso, que no contiene sus emociones ni guarda sus ideas; se muere por anunciarlas desde que las concibe como planes."
  • "Lo que parecía una reforma constitucional de gran calado terminó siendo una modificación dispersa y menuda."

El costo político de las expectativas insatisfechas

La gestión de Abinader enfrenta una creciente desconexión entre su retórica oficial y la realidad cotidiana. Esto no solo genera frustración en la población, sino que también amenaza con erosionar su legado político. Los constantes "recules" se han convertido en un símbolo de una administración que, lejos de liderar con visión, reacciona de manera errática ante las críticas.

El fracaso de proyectos emblemáticos como la reforma fiscal, presentada como eje de modernización, refleja una falta de claridad en las prioridades gubernamentales. Como señaló De Castro, gobernar en este segundo período exige liderazgo con visión y compromiso, algo que, hasta ahora, ha estado ausente.

¿Es posible un cambio de rumbo?

La gestión de Abinader está en una encrucijada. Los desafíos acumulados demandan una reconfiguración estratégica que trascienda los discursos y se enfoque en soluciones concretas. Como sugiere De Castro, rebobinar no implica retroceder, sino ajustar las estrategias para alinear las acciones con las expectativas y necesidades de la población.

Si el gobierno no logra rectificar su curso, corre el riesgo de ser recordado no por sus "hitos históricos," sino por las oportunidades desperdiciadas y los errores que marcaron su administración. Es tiempo de abandonar las maniobras políticas y asumir el liderazgo que la República Dominicana necesita para enfrentar sus retos estructurales con visión y eficiencia. El liderazgo gubernamental debe actuar con madurez y compromiso para transformar el descontento en esperanza y avanzar hacia un país más justo y equitativo.

Espero que este ajuste sea útil. Si necesitas afinar algún detalle o ajustar el enfoque, no dudes en indicarlo.

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