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Siguen ataques al país

El debate sobre el perfilamiento racial en la RD

Amnistía Internacional, nuevamente reseñada en publicaciones internacionales y nacionales, recurre a mentiras y falsedades para producir un reporte que pide al presidente Luis Abinader "priorizar el respeto a los derechos humanos y poner fin a las políticas migratorias racistas".

En su afán de dañar a nuestro país y colaborar con oscuros intereses internacionales que buscan fusionar a las dos naciones, Amnistía atribuye al gobierno la implementación de políticas racistas, lo cual es desmentido por los hechos.

Amnistía Internacional enfatiza "la necesidad urgente de que las instituciones dominicanas erradiquen el perfilamiento racial, el racismo estructural y la discriminación racial, y garanticen el respeto a la dignidad humana e integridad física de personas migrantes haitianas y personas dominicanas de ascendencia haitiana".

¿De dónde saca esta organización que aquí hay perfilamiento racial, racismo estructural y discriminación racial? Veamos.

El perfilamiento racial se refiere a prácticas de autoridades migratorias o de seguridad que basan sus decisiones en sospechas de criminalidad según la raza, etnia o religión de una persona, en lugar de información objetiva. Existe en Estados Unidos, con numerosos casos documentados, especialmente contra afroamericanos, latinos y otras minorías. También hay países en Europa donde se ha reportado el perfilamiento racial hacia personas de origen africano y árabe, especialmente en contextos de control fronterizo, aduanas y seguridad.

En Canadá, estudios indican que ciertas minorías, como las comunidades indígenas y afrodescendientes, son sometidas a mayor escrutinio por parte de las autoridades. Aquí, Migración persigue a los extranjeros ilegales, la mayoría haitianos que ingresan violando la ley. Eso no tiene que ver con color, etnia ni religión. El extranjero o haitiano con un documento legal no es detenido y puede seguir su camino normal.

Amnistía Internacional nos acusa de racismo estructural. En esa área, los discriminados somos los dominicanos. En nuestros hospitales y centros de salud, así como en las escuelas públicas, la mayoría de los beneficiarios son haitianos. En cuanto a la vivienda, muchos proyectos erigidos con los impuestos dominicanos están ocupados por haitianos.

El racismo estructural son las desigualdades raciales integradas en las estructuras sociales, como ha ocurrido en Estados Unidos desde la esclavitud, la segregación, las leyes de Jim Crow y la lucha de Martin Luther King por los derechos de los negros. Si quieren encontrar racismo estructural, que lo busquen ahí. O en Sudáfrica, donde el apartheid terminó en 1994, pero persisten problemas en temas como la educación y el acceso a la tierra.

El tercer punto enfatizado por Amnistía es la discriminación racial, inexistente en nuestra sociedad y tampoco una política de Estado. Llevamos años conviviendo con haitianos que respetan nuestras leyes, cultura y tradiciones. Con esos haitianos no ha habido problemas. El problema es con los ilegales que quieren vivir aquí fuera de la ley. Hemos sido buenos vecinos. Cuando la naturaleza los ha castigado con lluvias y terremotos, hemos acudido en su ayuda.

El presidente Abinader ha sido la voz más alta clamando para que la comunidad internacional ayude a la población haitiana. Es mucho lo que hemos hecho en beneficio de ese país. Ahora quieren que carguemos con los problemas haitianos, creados por ellos mismos y los países que, excluyendo al nuestro, se han aprovechado de sus recursos naturales.

Las organizaciones internacionales como Amnistía deberían ocupar mejor su tiempo llevando a sus técnicos a Haití para trabajar allí con su gente en un plan de desarrollo a largo plazo, financiado por los países desarrollados y con el aporte de los haitianos ricos que explotaron a su pueblo y ahora quieren que nosotros carguemos con los restos. Así no.

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