En elecciones unos ganan, otros pierden
Son muchas las lecciones que los dominicanos hemos aprendido en estos años de vida democrática
Son muchas las lecciones que los dominicanos hemos aprendido en estos años de vida democrática y también es mucho el sudor y la sangre derramados para consolidar un sistema que, aunque todavía lleno de defectos y lagunas de inequidad social, es lo mejor disponible dentro del menú de posibilidades en nuestro continente.
El sistema presidencialista de partidos políticos que hemos adoptado nos ha traído muchos dolores de cabeza y tiene un alto costo para los contribuyentes. Juan Bosch dijo una vez que la democracia representativa era un lujo muy caro para los países pobres.
Y ciertamente lo es.
El presidente de la Junta Central Electoral reveló recientemente que las elecciones pasadas tuvieron un costo de cinco mil millones de pesos. Se quedó corto. El magistrado Jáquez no incluyó los millones de pesos que por ley entrega el gobierno a los partidos políticos. Este año lo entregado ascendió a poco más de cinco mil millones de pesos
Esa ley es la 26.215 promulgada el 15 de enero del 2007. En ella se establece que, del aporte del gobierno, el 80 por ciento se distribuye en partes iguales entre los diez partidos que obtuvieron el cinco por ciento de los votos validos emitidos en los últimos comicios.
El veinte por ciento se distribuye de la siguiente manera: el doce por ciento en partes iguales para los que obtuvieron menos de un cinco por ciento de los votos válidos emitidos en las elecciones previas y a los de nuevo reconocimiento, si los hubiere, el restante ocho por ciento se distribuirá en proporción a los votos válidos obtenidos por cada uno de los diez partidos que obtuvieron menos del cinco por ciento de los votos válidos emitidos en las ultimas elecciones.
El financiamiento de las campañas juega un papel importante en la competencia política. Aquí se adoptó el sistema mixto que consiste en recibir dinero del gobierno y del sector privado con una regulación que se estrenó este año donde la Junta establece el monto que por elector puede invertir cada candidato, de acuerdo a la posición a que aspire.
En un futuro cercano el financiamiento de los partidos tendrá que ser revisado y ajustado tanto a nuestra realidad social como a la realidad política.
Pero ahora, finalizada la campaña, contados los votos y conocido el partido ganador y sus candidatos, lo que procede es que quien o quienes perdieron acepten su derrota con gallardía, en un acto de madurez política y personal que demuestre respeto por el proceso y por los votantes. Además, en la democracia el pueblo tiene el poder de elegir a sus líderes y al aceptar el resultado de las elecciones se está al mismo tiempo respetando ese principio fundamental de la democracia.
Por el lado de los ganadores, es el momento para hacer un llamado a los partidos políticos de la oposición a trabajar juntos por el bien del país en una muestra de liderazgo inclusivo, creando así un ambiente más constructivo y menos confrontativo.
El país tiene por delante grandes retos. Desde la crisis haitiana que es un problema serio para nosotros, hasta el mantener los logros obtenidos en los últimos años en términos sociales, económicos e institucionales.
Ahora es el momento de delinear juntos las prioridades y objetivos generales que nos permita tener una visión clara para el futuro del país.
Ahora, ¡a trabajar!
-
La cárcel de La Victoria queda temporalmente fuera del plan de bloqueadores de señales
-
Los sesgos y el impacto ambiental como principales debates éticos en el desarrollo de la IA
-
Caasd inicia plan de descuento a clientes por facturas vencidas
-
COE aumenta a 12 las provincias en alerta verde por incidencia de vaguada