×
Compartir
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

El "coro" con los expresidentes

Abinader convoca a los expresidentes ¿diálogo o estrategia?

Hace apenas ocho años la inmigración irregular haitiana era una cuestión cotidiana. Los dominicanos estaban centrados en atenciones más "domésticas", como la corrupción pública y la inseguridad ciudadana. 

La ingobernabilidad de Haití, agravada por el abandono internacional, acrecentó los flujos migratorios hacia la República Dominicana; entonces las alertas sociales empezaron a dispararse. Hoy, hasta sectores tradicionalmente indiferentes opinan, lo cual es alentador, pero nos inquieta el apetito político por el tema.

Es sintomático que ciertos políticos muestren interés por una agenda que en otros tiempos no les atraía.  Lo propio puede decirse de otros que han empezado a construir marca electoral con el tema. Si uno advirtiera cierta honestidad en sus posiciones, bien pudiera alimentar expectativas, pero sabemos que sobre todo persiguen acreditar bonos.  Aun así, no nos queda otra elección que saludar cualquier montaje con tal de que el guion sea puesto en escena, convencidos de que es necesario elevar el debate a otras perspectivas.

El presidente Abinader ha citado a los expresidentes (todos políticos activos) con el propósito de tratar la inmigración irregular haitiana. Como el tema es tan sensible, hasta el momento en que escribo esto, ninguno ha declinado públicamente la invitación. Rechazarla sería ganarse gratuitamente la sospecha pública, por lo que, aunque no quieran, están políticamente obligados.  Además, resulta más llevadero asistir a la inusitada cumbre que atacar su legitimidad, por tratarse de un tema del que toda la nación está expectante.

La tradición sugiere que cada vez que un Gobierno abre un diálogo con la oposición, esta trata de invalidar el foro, arguyendo que no participó en la confección de la agenda o que los tópicos relevantes fueron deliberadamente omitidos o que el escenario/momento no fue el adecuado o que la intención de la convocatoria fue política. Si asiste, luego se retira; si permanece, dice que el Gobierno la usó o que no cumplió con los compromisos pactados.  El propio partido de gobierno, PRM/PRD, cuando era oposición, invocó indistintamente esos argumentos.  

Es tiempo de que el liderazgo político madure y que por fin separe los intereses de la nación de las utilidades políticas. Lo que hoy se discute es el futuro del país, un imperativo que sobrepuja los oportunismos del momento.  Jugar a la política con la soberanía, la seguridad territorial, los derechos humanos de los inmigrantes y la imagen internacional es irresponsable y antihistórico. Debemos demandarles ejecutorias concretas, atadas a presupuestos y seguimientos.

A pesar de las reservas sobre la cumbre, abogamos porque se dé y que no termine con un manifiesto de intenciones diluido entre fotos protocolares.  Es tiempo de dejar el romanticismo seudopatriótico y afrontar con objetividad y firmeza un desafío que ya nos rebasa.

La cumbre del presidente Abinader con los expresidentes debe darle motivos a un diálogo de mayor cobertura con una representación plural que incluya a la sociedad, a los partidos políticos y a los movimientos de protesta para, de alguna manera, trocar el reclamo por la propuesta, las ideas por la pasión y las calles por la negociación. Es obvio que un encuentro de ese alcance no suscite tanta simpatía, dadas las frustraciones asociadas a tales iniciativas, pero hasta que no se invente otra manera de intercambiar ideas y convenir tratos colectivos, no tenemos mejores opciones. Quizás lo próximo sería un referéndum. Lo cierto es que, aunque sea para tomar cervezas, vale la pena "el coro" con los ex, a pesar de Faride. Ya sabremos qué tomar y qué dejar. Total, los engaños nos han enseñado mucho, sobre todo a ser recelosos. Así que, mal que bien, ¡enhorabuena!

TEMAS -

Abogado, ensayista, académico, editor.