Solidaridad en tiempo real
Más que fe, el impacto silencioso de Cáritas Dominicana
En un tiempo en que la solidaridad suele medirse por la foto, el tuit o la rueda de prensa, la Iglesia Católica, a través de Cáritas Dominicana, recuerda que la verdadera caridad es silenciosa. No hace ruido, no busca aplausos ni réditos políticos. Simplemente cumple con el mandato evangélico de servir al prójimo. Esa discreción es su fuerza.
Con más de seis décadas de trabajo, Cáritas ha tejido una red que llega a cada rincón del país. Su presencia en parroquias y comunidades convierte la fe en acción concreta. Hay alimentos para los más vulnerables, acompañamiento a enfermos, refugio en medio de las tormentas, proyectos de agua y medioambiente que dignifican la vida. La asistencia dista de episódica. Se trata de una labor continua, sostenida por miles de voluntarios que hacen de la solidaridad una práctica diaria.
El impacto es inmenso. Casi un millón de personas beneficiadas en los últimos cinco años. Más allá de las cifras, lo que distingue a Cáritas es su capacidad de ser puente entre la necesidad y la esperanza. En cada gesto de ayuda late una convicción. La fe, sin obras, es estéril.
Ese servicio callado es la mejor forma de predicar el Evangelio. De recordarnos que la solidaridad auténtica no se anuncia: se ejerce.