Compromiso vivo con la soberanía
La Guerra de la Restauración: más que una guerra, una afirmación nacional
La Guerra de la Restauración, iniciada el 16 de agosto de 1863, marcó para muchos dominicanos el verdadero punto de partida de nuestra soberanía. Más que una confrontación militar, fue una afirmación categórica de la voluntad nacional frente a la anexión y la pérdida de independencia.
En ella confluyeron el arrojo de líderes civiles y militares, la resistencia de comunidades enteras y la convicción de que la República, apenas nacida en 1844, merecía ser preservada a cualquier costo.
La Restauración devolvió la independencia y afianzó la idea de nación en la conciencia colectiva. Fue un ejercicio de movilización popular en defensa de un proyecto político y cultural propio, en el que campesinos, artesanos y comerciantes se sumaron a la causa común.
A partir de ese sacrificio se consolidó un sentimiento de pertenencia que trascendió regiones y diferencias.
Recordar esta gesta trasciende los simples actos protocolarios. Debe ser una oportunidad para renovar el compromiso con la soberanía y con los valores que inspiraron a los restauradores: la dignidad, la unidad y el sentido de responsabilidad ante la historia.
Hacer de esta fecha un propósito significa asumir que la independencia no se hereda intacta, sino que se defiende y se cultiva cada día.