Un retroceso peligroso
Empresarios exigen equilibrio en reforma laboral
La postura del sector empresarial dominicano frente a la propuesta de reforma laboral regresiva debe ser respaldada con firmeza. En un momento donde la competitividad, la inversión y la formalización del empleo son fundamentales para el crecimiento económico del país, introducir cambios que aumenten rigideces y costos laborales sería contraproducente. Una reforma laboral no puede convertirse en un instrumento para satisfacer intereses ideológicos o populistas, mucho menos en un obstáculo para el desarrollo del mercado laboral formal.
El país necesita una legislación moderna, flexible y equilibrada, que proteja los derechos de los trabajadores sin desalentar la creación de empleos. Cargar a las empresas con más obligaciones sin mejorar la productividad ni considerar la realidad del entorno económico sólo agravará la informalidad y reducirá las oportunidades, especialmente para jóvenes y mujeres.
Las reformas que prosperan son aquellas fruto del diálogo transparente entre todos los sectores: empleadores, trabajadores y Estado. Toda modificación al Código de Trabajo debe surgir del consenso y no de la imposición. En ese sentido, la voz del empresariado, que genera más del 80 % del empleo formal, no puede ser desoída. Defender la estabilidad laboral no es perpetuar privilegios, sino asegurar un futuro sostenible para todos.