Prosperidad que compromete
República Dominicana se posiciona entre las cinco economías más prósperas de América Latina y el Caribe
El reciente posicionamiento de República Dominicana entre las cinco economías más prósperas de América Latina y el Caribe, según el nuevo Índice de Prosperidad, constituye un reconocimiento alentador a los avances económicos de las últimas décadas. Noticia para no pasar por alto por razones varias. Crecer de forma sostenida, incrementar el PIB per cápita y reducir la pobreza monetaria no son logros menores en un contexto regional históricamente marcado por la desigualdad y la vulnerabilidad macroeconómica.
Pero los números, por sí solos, no bastan. La verdadera medida de la prosperidad está en su capacidad de traducirse en bienestar efectivo, en servicios públicos de calidad, en oportunidades educativas reales, en sistemas de salud accesibles y en una institucionalidad sólida que garantice derechos y libertades. El crecimiento económico debe ser el cimiento de un desarrollo inclusivo y sostenible, no un espejismo estadístico.
La posición alcanzada en este índice es motivo legítimo de satisfacción, pero también debe ser vista como un compromiso. Mantenerse en ese pelotón de vanguardia exige perseverar en las reformas estructurales, cerrar las brechas sociales y fortalecer la gobernanza democrática. La prosperidad, si ha de ser duradera, no puede asentarse solo en los indicadores, sino en la vida cotidiana de los ciudadanos.