Una revisión necesaria
El caso de la niña incendiada expone vacíos en la legislación penal juvenil del país
El horrendo caso ocurrido esta semana, en el que una menor de 12 años roció con gasolina a otra de solo nueve y le prendió fuego, ha dejado en evidencia una grieta en la legislación actual que merece atención inmediata.
Este hecho estremecedor nos obliga, como sociedad, a reflexionar sobre el tratamiento legal de los menores que cometen actos de esta naturaleza.
Actualmente, el artículo 223 del Código del Menor (Ley 136-03) establece que los niños y niñas menores de 13 años no son responsables penalmente bajo ninguna circunstancia. Esto significa que no pueden ser detenidos, privados de libertad ni sancionados.
Esta permisividad ha permitido que menores de edad sean utilizados, sin consecuencias, para cometer crímenes graves, desde robos hasta asesinatos.
El nuevo Código Penal, que actualmente está siendo estudiado en el Congreso, debe contemplar escenarios específicos relacionados con los menores que delinquen. Considerar un trato diferenciado, pero más estricto en casos extremos, podría ser un paso necesario para garantizar justicia y disuadir a otros de usar menores en actividades ilícitas.