Dales banda a las recetas
La campaña contra el foam necesita más educación que prohibición
La campaña "Dale Banda al Foam" parte de una intención loable —la protección del medioambiente— pero incurre en un enfoque que, por simplificador, desatiende elementos cruciales de la realidad dominicana.
En lugar de apostar por la educación ciudadana en el uso y disposición adecuada del foam, se opta por la ruta de la prohibición, sin un análisis serio de los impactos sociales, económicos y logísticos que conlleva erradicar de golpe un material que forma parte de la rutina alimentaria del país y que es utilizado miles de veces al día por razones prácticas, de costo y disponibilidad.
El problema del foam no está solo en su uso, sino en su abandono irresponsable en espacios públicos, ríos y playas. El foco, por tanto, debería estar en fomentar una conciencia ambiental robusta y mecanismos efectivos de recolección, clasificación y disposición final.
Además, existen avances tecnológicos que permiten adicionar agentes químicos al foam para hacerlo biodegradable, reduciendo significativamente su impacto ecológico. ¿Por qué no orientar las políticas hacia esa transición responsable y contextualizada?
Aceptar sin más las recetas europeas ignora las condiciones materiales, industriales y culturales del país. No se trata de oponerse al progreso ambiental, sino de exigir que ese progreso sea realista, inclusivo y diseñado desde adentro.
Lo contrario corre el riesgo de ser más una estrategia de posicionamiento internacional que una solución eficaz para la República Dominicana.