El relajo del tránsito dominicano
Sin consecuencias, todo seguirá igual
Durante el fin de semana, un camión se cruzó el semáforo en rojo de la intersección de la avenida 27 de febrero y Carmen Mendoza de Cornielle y cayó al vacío en el paso a desnivel, por suerte, no encontró un vehículo al desplomarse.
Ese chofer, que sobrevivió al hecho (pues no debería considerarse un accidente algo que se produce por la violación de la ley), solo necesita un camión nuevo para continuar aterrorizando el país.
La autoridad dominicana no lo llamará a capítulo ni tampoco le retirará su licencia de conducir.
Cero consecuencias. Este es el principal problema del relajo del tránsito dominicano, que trae como consecuencias que cada año entre dos mil y tres mil personas pierdan su vida al volante.
Durante el fin de semana que recién terminó, nueve dominicanos murieron en diferentes choques en la geografía nacional.
Los accidentes de tránsito deberían ser considerados pandemia en territorio dominicano, no solo por las muertes sino también por los elevados costos que imponen al sistema de salud dominicano.
La falta de conciencia nos ha vencido en ese sentido. Algo radical debe implementarse ya.