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El Plan venía por Mar

Estados Unidos planeó dominar República Dominicana desde 1961

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El Plan venía por Mar
La tesis de Andrew DeFabio (2023) muestra que las intervenciones de EE.UU. en RD (1961-1965) fueron planeadas por Eisenhower, Kennedy y Johnson, no respuestas al "comunismo". (FUENTE EXTERNA)

Navegando por la red encontré una tesis de maestría del capitán del Army Andrew DeFabio, presentada en 2023 al Departamento de Historia de San Jose State University, centrada en los planes de invasión a nuestro país por parte de tres administraciones norteamericanas: Eisenhower, Kennedy y Johnson. A 64 años del 30M y a 60 de Abril del 65, DeFabio nos da una manita para entender mejor la historia dominicana, desde la perspectiva de una nación hegemónica que ya en la década del 70 del siglo XIX nos echaba el ojo encima. Cuando los presidentes Grant y Báez concibieron el plan para engullirnos en la anatomía expansiva del Gran Coloso del Norte.

Instructor de Historia en West Point, con misiones militares en Alemania y Corea del Sur, el perfil de DeFabio incluye dos MA en sendas universidades y áreas de estudio: American History e International Relations, además de un BS en Environmental Engineering de West Point.

El abstract de dicha tesis reza: "La intervención de Estados Unidos en la República Dominicana [1965] fue una operación militar planeada y preparada previamente por varias administraciones y no una simple decisión reactiva para prevenir una toma de control comunista". Resaltando que: "El análisis de múltiples administraciones sitúa la invasión en un contexto más amplio de las relaciones entre EE. UU. y la República Dominicana. El deseo de EE. UU. de dominar los aspectos militares y políticos de la República Dominicana es coherente con la política estadounidense en América Latina durante la Guerra Fría."

DeFabio afirma que "al igual que su predecesor inmediato, la administración Kennedy intentó agresivamente influir y controlar los procesos políticos en la República Dominicana. Sin embargo, mientras Eisenhower presionó reduciendo el acceso del gobierno dominicano a la ayuda militar" -motivo de un encontronazo virulento en Palacio del embajador Farland con Trujillo-, "Kennedy revivió la diplomacia de las cañoneras al estilo decimonónico y se basó en el poder naval para lograr los resultados deseados."

A su juicio, "Kennedy utilizó la flota para amenazar a Trujillo, apoyar a sus sucesores e impedir que competidores que buscaban el poder lo tomaran sin la aprobación de EE. UU. La administración Kennedy desarrolló planes para invadir la República Dominicana si Estados Unidos determinaba que era necesario para sus intereses."

"En febrero de 1961, un mes después de su investidura, el presidente Kennedy preguntó a su personal sobre la estabilidad del gobierno dominicano y la probabilidad de que los comunistas asumieran el control en caso de que Trujillo cayera. En un memorando informativo del secretario de Estado Dean Rusk al presidente Kennedy, Rusk determinó que «surge la pregunta de si Estados Unidos estaría preparado para intervenir militarmente, ya sea unilateral o colectivamente con otros estados americanos. Esta cuestión requiere estudio, y es deseable una revisión de todo el plan».

DeFabio señala: "A medida que transcurría el primer año de Kennedy en el cargo, funcionarios de su administración mostraron abiertamente su desprecio por Trujillo y su deseo de verlo reemplazado por disidentes afines a EE. UU. En una carta que el embajador [cónsul general] de la República Dominicana, Henry Dearborn, envió al Departamento de Estado, Dearborn comparó la posibilidad de asesinar a Trujillo con el uso de la bomba atómica en Japón. Escribió: «El asesinato político es horrible y repulsivo, pero todo debe juzgarse en su propio contexto. Estados Unidos usó la bomba atómica en Hiroshima y eso fue horrible y repulsivo, a menos que uno se detenga a considerar que se usó para salvar miles de vidas a largo plazo.»

Remachando DeFabio: "A Dearborn le quedó claro que «el derrocamiento de Trujillo en un futuro cercano redundaría en interés de Estados Unidos». El gobierno estadounidense ya no coqueteaba con la idea de reemplazar a Trujillo, sino que inició conversaciones con disidentes sobre el futuro político de la República Dominicana. La administración Kennedy aún no estaba lista para actuar militarmente, pero apoyaba la violencia contra el líder de la República Dominicana."

Realmente esos contactos con la disidencia se iniciaron durante la presencia del embajador Farland bajo Eisenhower y continuaron con Dearborn como encargado de negocios, cónsul y jefe interino de la CIA, sucesivamente. Dearborn era un feroz partidario de la liquidación física de Trujillo, planteándola como "su deber como cristiano", empleando como metáfora la necesidad de clavarle una estaca en el pecho para evitar su malsana resucitación.

Nuestro historiador de West Point refiere que: "El gobierno estadounidense creó planes de contingencia ante la repentina pérdida de Trujillo. El gobierno quería asegurarse de que quien lo reemplazara simpatizara con los intereses de Estados Unidos, por lo cual la comunidad de inteligencia evaluó posibles candidatos para la sucesión. El secretario Rusk le indicó al embajador [cónsul] estadounidense que si un gobierno sustituto considerado amigo de EE. UU. solicitaba asistencia armada estadounidense ante una amenaza real o prevista del exterior, debía enviar la solicitud junto con su recomendación lo antes posible.

Exactamente cuatro años después, la Embajada de EE. UU. en la República Dominicana envió dicha solicitud a Rusk, quien continuó como secretario de Estado durante la administración Johnson. Y la administración Johnson respondió implementando un plan de intervención elaborado en 1961."

El capitán historiador nos ilustra: "La administración Kennedy elaboró el plan para la invasión de la República Dominicana en la primavera de 1961. Deliberaron sobre el plan, lo editaron y archivaron poco después del fallido intento de los exiliados cubanos, apoyados por EE. UU., de invadir Cuba y derrocar al gobierno de Fidel Castro en abril de 1961. En un informe del Grupo de Trabajo sobre Cuba dirigido al Asesor de Seguridad Nacional de Kennedy, el gobierno evaluó tres posibles escenarios para el futuro de la República Dominicana: fuerzas internas o externas derrocarían a Trujillo, y sería sucedido por fuerzas políticas afines a EE. UU.; Trujillo sería removido del poder y sucedido por fuerzas políticas no amigables a los EE. UU.; o Trujillo permanecería en el poder."

Este Grupo de Trabajo también aportó "recomendaciones detalladas para cada escenario que exigían el «empleo de fuerzas militares estadounidenses en la República Dominicana» que podrían ser ejecutadas «bajo la autoridad presidencial», en caso de que Trujillo fuera derrocado del poder."

En caso de que "Trujillo fuera removido y reemplazado por fuerzas políticas amigas de EE. UU., los analistas del Grupo de Trabajo aconsejaron que, el nuevo gobierno dominicano debería acercarse a la embajada estadounidense para solicitar asistencia militar, y Estados Unidos debería «enviar dicha ayuda, llegando hasta la inclusión del desembarco de fuerzas estadounidenses» para garantizar la «estabilización de una situación interna aceptable para EE. UU.»

Conforme a DeFabio, "El gobierno estadounidense creía que esta asistencia podría reforzar a un nuevo gobierno que, pese a su simpatía hacia EE. UU., pudiera ser susceptible de una «iniciativa subversiva de Cuba y/o de los grupos del exilio dominicano». Dada la posibilidad de "subversión", EE. UU. priorizó ofrecer asistencia militar para evitar que las fuerzas comunistas derrocaran a un gobierno amigo recién establecido tras haber proclamado el control del gobierno dominicano."

"El Grupo de Trabajo también brindó recomendaciones a la administración Kennedy en caso de que Trujillo fuera reemplazado por un gobierno hostil a EE. UU. y sus intereses. El informe recomendaba que la Embajada de EE. UU tuviera instrucciones de emergencia para instar al grupo moderado pro estadounidense a declararse gobierno provisional y solicitar ayuda a EE. UU. y la OEA."

Removido Trujillo, conforme el Plan, «las fuerzas militares estadounidenses se posicionarán de inmediato» para actuar. Así, indica DeFabio, "una vez EE. UU. recibiera una solicitud de apoyo de un grupo que considerara «aceptable» las fuerzas militares se movilizarían rápidamente hacia la República Dominicana. El objetivo primario de EE. UU. en ambos escenarios detallados antes era controlar cuál de los grupos sucesores se legitimaría como gobierno de la República Dominicana.

Para garantizar el logro de sus objetivos, la administración Kennedy desarrolló respuestas previamente planificadas que implicaban el uso de tropas estadounidenses. Finalmente, la administración Kennedy no desplegó fuerzas dentro de la República Dominicana, pero las recomendaciones y planes para el despliegue de tropas estaban disponibles para que la administración Johnson los implementara en 1965."

Tras el 30 de mayo, "instrucciones del Departamento de Estado a la Embajada de EE. UU. en Santo Domingo indicaron que esta debía comunicar a Joaquín Balaguer, probable sucesor de Trujillo, que EE. UU. estaba preparado para brindar su asistencia en caso de un «ataque comunista desde el exterior.» El Departamento de Estado incluso ofreció utilizar a la Armada de EE. UU. como una demostración de fuerza para evidenciar el compromiso de EE. UU. con Balaguer", ante señales de que Ramfis y los militares amenazaran la democractización.

"Mientras los funcionarios de la Casa Blanca continuaban debatiendo su plan de acción, desplegaron dos [3] portaaviones, varios destructores y 12,000 marines a 160 kilómetros de la costa dominicana. La tensión en la Casa Blanca era extremadamente alta cuando el Procurador General Robert F. Kennedy sugirió sabotear [hacer explotar] la Embajada de EE. UU. en República Dominicana para justificar el desembarco de tropas en su territorio. La administración Kennedy estuvo más cerca que nunca de la intervención durante ese período."

Ya el 31 de mayo el escuadrón anfibio del Caribe patrullaba en prevención de un desembarco rápido. Bajo el Plan Militar de Contingencia 310-60, se agregaron 2 escuadrones anfibios, 12 mil infantes, 3 portaviones (Intrepid, Shangri-La, Randolph), 1 submarino y 280 aviones. El Randolph surto a 40 millas de Ciudad Trujillo. Al parecer, andaban de pesca.

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José del Castillo Pichardo, ensayista e historiador. Escribe sobre historia económica y cultural, elecciones, política y migraciones. Académico y consultor. Un contertulio que conversa con el tiempo.