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El Gabinete de Horacio

La historia del regreso de Horacio Vásquez a Santo Domingo

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El Gabinete de Horacio
El presidente Horacio Vásquez y su gabinete. (FUENTE EXTERNA)

Cuando el presidente Horacio Vásquez arribó a Santo Domingo el 6 de enero de 1930 tras un mortificante viaje de salud a Baltimore de más de 2 meses de graves tormentos e incertidumbre -acompañado de depresiones-, debido al quebranto que le llevó al quirófano del prestigioso Johns Hopkins Hospital para extirparle un riñón, sus conmilitones idearon un apoteósico recibimiento. Un golpe publicitario que debía catapultarlo a la reelección en mayo de 1930 para completar un decenio de democracia benevolente horaciana. Pero el corpulento general de 69 años retornaba disminuido. Y en su ausencia la caldera conspirativa fraguó el golpe del 23 de febrero.

Vásquez y su comitiva regresaron tomando el vapor Coamo, que hacía la ruta regular New York-San Juan de Puerto Rico. Allí abordaron a las 7:40 am un avión trimotor de la PAA que los condujo hasta el Aeródromo Lindbergh sito en la Carretera Duarte a las 10:10 am. Tal como hiciera con los presidentes Machado –quien aspiraba pernoctara en La Habana en su viaje hacia Baltimore-, y Hoover –quien le convidó a cenar en la Casa Blanca-, nuestro mandatario declinó invitación del gobernador de Puerto Rico, Teodoro Roosevelt Jr., para recibirlo en Fortaleza al escalar en San Juan.

A Puerto Rico fueron a alcanzarlo, los ministros Pedro A. Ricart, de Sanidad, Andrés Pastoriza, Fomento y Obras Públicas, F.A. Herrera, Contralor y una comitiva del Ejército encabezada por el mayor Federico Fiallo. Unas 300 damas llevaron flores a doña Trina.

La ruta desde el Lindbergh a la Mansión Presidencial, 10 km, fue cubierta por 400 vehículos y "2,800 personas". De la Fortaleza salieron 2 compañías y la banda de música, junto a la caballería. Se movilizó la Policía Municipal, la de Carreteras, los Bomberos con sus carros y la Banda Municipal.

A la testa el vice Alfonseca y los secretarios de la Presidencia, Luis Ginebra, Exteriores, Francisco J. Peynado, Hacienda, Martín de Moya, Agricultura y Comercio, Rafael A. Espaillat, Defensa, Alfredo Ricart Olives, Justicia e Instrucción, Elías Brache. "Al poner pies en tierra, resonaron fuertes y prolongados aplausos y tras éstos, espontáneos y sinceros ´¡Viva Don Horacio! ¡Viva el General Vásquez!´. "

Lo recibía un gabinete de lujo. El Lic. Francisco J. Peynado Huttlinger (Puerto Plata 1867-París 1933), discípulo normalista preferido de Hostos graduado en 1884, destacando en lo que el Maestro denominara "la Escuela Dominicana de Derecho Constitucional", egresado licenciado en Leyes del Instituto Profesional. Para Balaguer, un "prócer civilista", precisando, "no al estilo del trópico, sino a la usanza inglesa". Abogado corporativo vinculado a las empresas azucareras con uno de los bufetes más prestigiosos, operado junto a su hermano Jacinto Peynado (Mozo), vicepresidente (1934/38) y presidente de la República (1938/40) bajo la Era de Trujillo.

Figura pública destacada presidió tres veces el Ayuntamiento de Santo Domingo, fue Ministro Plenipotenciario en Washington (1912/14) y Ministro de Hacienda y Comercio en 1915. Durante la Ocupación Americana su oficina elaboró las leyes de un nuevo régimen arancelario y la de registro de tierras. Negociador con Sumner Welles del Plan de Evacuación Hughes-Peynado de 1922 que viabilizó la salida de las tropas americanas. Don Pancho compitió frente a Horacio Vásquez por la presidencia en 1924, candidato de la Coalición Patriótica de Ciudadanos, siendo designado Secretario de Relaciones Exteriores en 1929. Autor, entre otros títulos, del opúsculo Por el establecimiento del gobierno civil en la República Dominicana (1913), en el cual aboga por reformas institucionales.

El Dr. José Dolores Alfonseca Garrido (1878/1933) ocupó la vicepresidencia del gobierno de Vásquez entre 1928/30, en la fase de la "prolongación", reemplazando a Federico Velásquez, electo junto a Vásquez en 1924 bajo la Alianza del Partido Nacional horacista y el Progresista de Velázquez. Estuvo a cargo de Interior y Policía. Director de la Junta Superior del Partido Nacional y pretendiente a suceder al caudillo mocano, rivalizando con Martín de Moya, sobrino político de éste tenido como su delfín familiar. Como vice en funciones, pulseó con el brigadier Trujillo en su calidad de jefe del EN, en un intento fallido de someterlo a su autoridad en ausencia de Vásquez, cuando éste se hallaba en Baltimore.

Conceptuado entre los jóvenes intelectuales que acogieron en la capital, a su entrada triunfal, a los cruzados Horacio y Mon del movimiento del 26 de Julio que liquidó a Lilís, el promisorio Alfonseca se graduó de Medicina en el Instituto Profesional, viajando luego a París y regresando en 1910. Ejerció la profesión en Santo Domingo, San Francisco y Moca, ocupando la cátedra universitaria. Tras la revolución del 23 de febrero de 1930 y sus resultados electorales adversos, se exilió en Puerto Rico, donde falleció 3 años después, pionero del exilio antitrujillista. Entre 1934 y 1952, la hoy Avenida 30 de Marzo llevó su nombre.

Martín de Moya era sobrino de la preferencia de doña Trina Moya, la poetisa esposa del general Vásquez. Ya frisando los 50 años se convertiría en una pieza clave en el tablero del caudillo mocano, contrapuesta a las ambiciones sucesoras del Dr. Alfonseca. Elevado a la Secretaría de Hacienda y Comercio, era socio de la razón social Manuel de Moya hijo & Ca., que operaba en el dinámico puerto marítimo de Sánchez, conexión del Cibao con el comercio exterior y el tráfico local de cabotaje. Reputado como el otro dirigente influyente del Partido Nacional, luego de Alfonseca, al parecer mantenía relaciones cordiales con el jefe del Ejército. En la crisis que siguió al Movimiento Cívico del 23 de febrero 1930, jugó un rol activo en las negociaciones realizadas en la Legación Americana. Quedando en el gabinete de interinato de Estrella Ureña en la posición que ya ocupaba en Hacienda. En un fichaje de personalidades de la época de la Legación Británica se le atribuye ser proalemán.

El Lic. Elías Brache hijo (Ramírez) nació en Moca en 1870 y radicó en La Vega, que le acogió, falleciendo allí en 1964 a los 94 años, tras completar una fecunda hoja de vida dedicada a la abogacía, la política y el servicio público. En el primer gobierno de Juan Isidro Jimenes Pereyra (1899-1902), que tuvo al general Horacio Vásquez como vicepresidente, Brache hijo se desempeñó como influyente Ministro de Hacienda y Comercio. Acompañando al Canciller Dr. Francisco Henríquez y Carvajal en los esfuerzos por renegociar la deuda externa con los tenedores de bonos europeos y la San Domingo Improvement Co. de New York, a fin de sanear las finanzas públicas.

Uno de los activos del Partido Liberal o jimenista (bolos), Brache fue diputado y ocuparía múltiples posiciones ministeriales: Guerra y Marina con el Arzobispo Nouel: Fomento y Comunicaciones en el gabinete de Bordas Valdez; Interior y Policía en el 2do gobierno de Juan Isidro Jimenes; Justicia e Instrucción Pública en el último mandato de Vásquez. Bajo Trujillo, Brache encabezó la cartera de Justicia e Instrucción Pública en el 1er gabinete y la de Relaciones Exteriores en 1935. Asumiría las misiones diplomáticas en España (1931 y 1945), Francia, Bélgica, Suiza e Italia (1934), la Santa Sede (1952).

Otro perfil en el gabinete de Vásquez, a cargo de Fomento y Comunicaciones, lo ofrece Andrés Pastoriza Valverde (1889-1976), estudiante de Peña y Reynoso en Santiago, con formación en Peekskill Military Academy de New York y Peirce College de Filadelfia, en Business Administration. Laboró en la casa comercial familiar y en Augusto Espaillat & Sucesores, del Bazar Parisién. Presidió la Cámara de Comercio de Santiago y perteneció a la Logia Nuevo Mundo No.5. En el gobierno de Horacio Vásquez impulsó el "Proyecto de ensanche y ornamentación de la ciudad de Santo Domingo", que figura en la Memoria del año 1925, con un perfil urbanístico visionario y vanguardista.

En 1943 fundó el Rotary Club de Cd. Trujillo. Entre 1935-41 ocupó nuestra embajada en Washington, con desempeño también en Londres, destacándose por su eficiencia. Su hijo Tomás (Jimmy), tras la dictadura, devino ícono empresarial cofundador de la APEDI, que prohijara el ISA, el Banco Popular, la Asociación Cibao de AA y PP, el CIMPA. Cabeza de la Financiera Dominicana, el Banco de Boston y el Banco del Progreso. Otra hija, María Matilde, casó con Héctor García Godoy, presidente provisional en 1965-66.

Luis Ginebra Pelegrín, quien se desempeñaba en la Presidencia, era reputado la máxima figura del horacismo en Puerto Plata, habiendo ocupado la cartera de Interior y Policía y fungido como legislador. Fundador de la Cámara de Comercio, varias veces gobernador provincial (1916/18, 24/27 y 52/62).

Alfredo Ricart Olives (1883/1936), quien ocupara la cartera de Defensa, era un destacado empresario de la plaza capitalina, quien junto a su hermano Leo operaban la razón social paterna Ricart & Cía. fundada en 1878. Entre los primeros residentes de Gascue, fue promotor de la urbanización Villa Consuelo. Director de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura, ocupó la cartera de Comercio e Industria en el gabinete de Trujillo en 1935. En 1922 publicó el texto Refutaciones al Informe del Lic. Francisco J. Peynado.

Entre los horacistas entusiastas que recibieron a su líder, se hallaba el empresario y político Augusto Chottin, quien era Síndico de Santo Domingo a la sazón y fuera diputado, jefe de la Policía Nacional, propietario de la hacienda Jainamosa, dedicada a caña y potreros, que en 1920 tiraba su zafra al ingenio San Luis, con 500 cabezas de ganado y lechería. Uno de los conjurados en la muerte de Mon muy vinculado a mi familia del Castillo. En la sala capitular presidía José María Bonetti hijo (Ernest), un respetable patriarca, prohijador de varias familias emblemáticas de la sociedad dominicana.

Cuando a Horacio lo derrocaron, la depresión económica provocó en Latinoamérica 5 golpes de Estado (Perú, Brasil, Argentina, Guatemala y RD) en el 30, al año siguiente 2 (El Salvador, Panamá), y uno en el 32 (Chile), 2 en el 33 (Uruguay y Cuba) y de nuevo Cuba en el 34. El impacto se expandiría por el mundo y la gran guerra mostraría sus fauces.

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José del Castillo Pichardo, ensayista e historiador. Escribe sobre historia económica y cultural, elecciones, política y migraciones. Académico y consultor. Un contertulio que conversa con el tiempo.