Un país de flores, aromas y luz...
En su poema “La llegada del invierno”, Salomé Ureña de Henríquez exalta los colores y los calores del trópico frente al duro rigor del clima en otras latitudes. Me he permitido armar el poema de forma sucinta, con la esperanza de que mantengamos el espíritu feliz y continuemos viviendo en paz en nuestro país.
“Llega en buen hora, mas no presumas
ser de estos valles regio señor...
En otros climas, a tus rigores
pierden los campos gala y matiz...
no hay luz ni brisas, mueren las flores,
huyen las aves a otro confín.
En mi adorada gentil Quisqueya...
la vista en vano busca tu huella:
que en esta zona feliz descuella
perenne encanto primaveral.
Y en esos campos donde atesora
naturaleza tanto primor,
bajo esa lumbre que el cielo dora,
tiende el arroyo su onda sonora
y alzan las aves tierna canción.
Nunca abandonan las golondrinas
por otras playas mi hogar feliz:
aquí no hay noches aterradoras
que horror al pobre ni angustia den...
y aunque pretendas tu cetro alzar,
siempre mis aguas tendrán rumores,
blancas espumas mi mar azul,
mis tiernas aves cantos de amores,
gala mis campos, vida mis flores,
mi ambiente aromas, mi esfera luz.”
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