“Oleada de corrupción”

“Vemos con buenos ojos el hecho de que cada vez más la ciudadanía se empodera y toma parte cada vez más activa en la lucha contra la corrupcion”, esas no son palabras de conspiradores sino de la Conferencia del Episcopado Dominicano, en un mensaje que dirigió al país con motivo de su LV Asamblea Plenaria.
Este es uno de los más sólido apoyo que he escuchado en los últimos meses a los dominicanos que de una u otra forma se pronuncian y exigen se detenga, se ponga fin a la impunidad que históricamente desangra al Presupuesto Nacional. “De cara a la oleada de corrupción que afecta la convivencia pacífica, hagamos mayores esfuerzos por la institucionalización de la Justicia de modo que nadie acuda a los cargos públicos a enriquecerse ilícitamente y de manera impune, con lo que se priva a amplio sectores de la población del acceso a la alimentación, salud, educación y la vivienda”, acotaron los obispos. Los mitrados dominicanos califican la situación que vive la nación en relación a la corrupción como una “oleada de corrupción”. ¿Se pueden calificar los dignatarios de la iglesia dominicana como conspiradores, como acusan personeros del gobierno a los que exigen el cese de la corrupción?!Jamás! La conspiración la tienen los que permiten la sustracción de los recursos del Estado, impidiendo que millones de dominicanos reciban atenciones médicas, educación y alimentación. Por eso, es válido el llamado de los obispos a que el Consejo Nacional de la Magistratura escoja a los nuevos miembros de las Altas Cortes” con un alto sentido patriótico, procurando que sean personas idóneas por su capacidad profesional, su honestidad, integridad moral e imparcialidad políticas”. Las palabras de los obispos es un apoyo a los dominicanos que luchan por el reino de la decencia en la administración pública y a que la justicia no se aplique con selectividad, que no haya corruptos favoritos, como ocurre con el caso de la Odebrecht, en donde no están todos los que son, faltan más pejes gordos , como bien estiman amplios sectores de la vida nacional. Lo de los obispos es un gran aliento para los que integran la Marcha Verde, que por sus acciones han sido maldecidos hasta el extremo de que son considerados conspiradores contra el orden legalmente establecido. Esperemos que los epígonos del Gobierno, siempre prestos a denigrar a quienes combaten la corrupción, califiquen de conspiradores a los obispos por su condena a la corruptela.