Dejemos para mañana...
Del plástico al impuesto, lo que la nueva ley de basura esconde
... lo que podemos hacer hoy. Vivimos en un basurero desparramado, con una tolerancia hacia la basura que denota problemas más profundos. No la vemos, la sorteamos.
Por eso, las modificaciones a la Ley de Residuos Sólidos nos afectan a todos. El proyecto incluye propuestas que preocupan y no hay que olvidar que el PRM tiene la mayoría en el Congreso, que la puede aprobar sin preguntar mucho. Hasta el Ministerio de Medio Ambiente ha quedado un tanto apartado de las conversaciones...
"El que contamina paga" es un mantra mundial. "El que contamina más paga más" es la lógica consecuencia. En el proyecto que se maneja esto se ignora. El impuesto a las personas jurídicas aumenta entre un 140 % y un 3,750 % independientemente de cuánto contamine usted. Incluso si no contamina, si es una Pyme dedicada al conteo de las nubes en verano... pagará más.
Se aplazan cuestiones que parecen inaplazables. Un ejemplo: la prohibición de la entrega gratuita de fundas de plástico de un solo uso. ¿Se acuerdan cuando en los supermercados incentivaban las fundas reusables? Eso es pasado: ahora es muy común que tenga usted que protestar porque el empacador utiliza dos fundas por cada tres ítems que compra. Es como lo de "un hombre, un voto". Una manzana, una funda.
Y se aplaza el cierre de los vertederos a cielo abierto y se aplaza la devolución obligatoria de los envases reusables y se aplaza el programa de separación obligatoria en la fuente y se aplaza la recolección selectiva de residuos.
Se aplaza todo lo que el legislador entendió urgente cuando redactó la Ley 225-20. Se aplaza todo lo que ha funcionado en otros países, lo que podría ayudar a controlar el problema. (El manejo de la basura, ese factor que prueba que se está dejando atrás el subdesarrollo.)