Pedro Sánchez y los hechos
Amnistías y privilegios, el precio político que paga Sánchez por seguir en el poder
El gobierno Pedro Sánchez es tan débil que no va a caer. Le sostienen los proetarras de Bildu y los xenófobos y golpistas catalanes, además de la atolondrada lideresa de Sumar. Esto no es opinión, son hechos.
Quién si no Pedro les estaría concediendo todo lo que piden. De amnistías inconstitucionales a acuerdos económicos discriminatorios para los demás españoles y asesinos en la calle.
Pedro Sánchez apareció compungido y maquillado para pedir perdón por la corrupción de sus hombres de confianza. No citó esta vez a su familia ni al fiscal general, también imputados. Pero el dinero que se han embolsado por el viejo método de pedir mordidas a cambio de contratos es lo de menos. Lo grave es lo que ha hecho con las instituciones, sus ataques a la separación de poderes, a la prensa crítica y a la convivencia social. Pedro Sánchez y la secta de abducidos que toda vía le apoya ha hecho un daño a la democracia española difícil de subsanar. Además, le alienta el inefable Zapatero; eso nunca puede salir bien.
Pedro Sánchez todavía sostiene que el mundo se divide en fascistas por un lado y él y los suyos por el otro. No renunciará: ya ha dicho que "esto no va de mí ni del partido socialista". Pero sí, esto va de Pedro Sánchez y va del PSOE. La irresponsabilidad de sus afiliados, cargos electos y funcionarios de no pararle los pies puede llamarse complicidad.
Ha tenido que elegir entre declararse culpable (porque lo permitió a sabiendas) o incompetente (porque no se enteraba de nada). Eligió incompetente. Pero es imposible que un político tan exitoso, que permanece en el poder a pesar de perder las elecciones y que no tiene escrúpulos conocidos, no supiera nada. Y esto no es opinión, son hechos.