×
Compartir
Versión Impresa
versión impresa
Secciones
Última Hora
Podcasts
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Juegos
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Redes Sociales

El Congreso se acostó con la Edad Media

Sexóloga, pastora y diputada: la triple amenaza contra los derechos sexuales

Hay declaraciones que sorprenden por ignorantes y desparpajadas. La diputada Altagracia de los Santos, con la soltura de quien confunde la Biblia con el Código Penal, afirmó que "cuando la gente se casa, es para tener relaciones sexuales" y que "nadie se casa con una momia ni un robot". Según ella, tipificar la violación dentro del matrimonio convertiría el enfado femenino en epidemia judicial: "van a decir que las violaron porque amanecieron enfogonadas".

Toda una vulgaridad de patio enmascarada como intervención  en el Congreso. La diputada se presenta como sexóloga, pastora y terapeuta familiar, pero no ve violencia donde no hay golpes, ni violación donde hay anillos. Cree que el consentimiento caduca al decir "acepto", y que basta con que la mujer diga que está "mala" para evitar sus obligaciones sexuales. ¡El cuerpo femenino debe justificarse cuando quiere decir "no"!

Si grave  es la ignorancia, aún más la convicción con que se defiende. Le preocupa el presunto agresor, no la víctima. Y que terminen presos "muchos hombres", como si la ley debiera protegerlos de la dignidad femenina. No defiende el matrimonio, sino un sistema donde el desfogue masculino se impone por contrato y la mujer es un electrodoméstico con excusa programada.

Frente al avance mundial de los derechos sexuales y reproductivos, el Congreso alberga voces que, con sonrisa pastoral y lenguaje barriobajero, defienden la violencia como deber conyugal. Lo hacen sin pudor, como quien cree que la Edad Media fue una época de oro.

La diputada plantea el placer masculino como un derecho constitucional; y el deseo femenino, una gentileza negociable. La ley debe blindar al marido incluso de un "no" dicho en voz baja. Porque el cuerpo de la mujer es tan suyo como una cafetera: para uso diario, sin necesidad de preguntar.

TEMAS -

Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.