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Ordenar el caos sobre ruedas

Chatarras sobre ruedas ¿hasta cuándo el tránsito dominicano?

El tránsito dominicano es la metáfora perfecta del país que somos. Pujante, desordenado, desigual. El crecimiento económico ha multiplicado los medios de transporte, pero sin una política pública coherente que acompañe esa expansión. El resultado es un caos creciente en calles y avenidas, agravado por la circulación impune de vehículos inservibles, verdaderas chatarras sobre ruedas que convierten cada trayecto en una ruleta rusa.

Vuelvo sobre mis pasos: la falta de inspección técnica vehicular. Revisar periódicamente el estado mecánico de los automóviles es parte del abecé de la seguridad vial. Aquí, en cambio, se ha institucionalizado la tolerancia al deterioro, amparada en una combinación de desidia oficial, chantaje sindical y populismo de baja ley. Los llamados "sindicatos" del transporte —que en realidad operan como carteles con intereses propios— han logrado paralizar toda tentativa de orden. El Estado, temeroso de una reacción violenta, se ha rendido.

Gravísimo, es el propio Estado el que viola la ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial, De forma clara, establece la obligación de inspeccionar periódicamente los vehículos que circulan por las vías públicas. No es una recomendación, es un mandato legal que el Estado ignora olímpicamente. Abdica de su rol rector, compromete la seguridad colectiva y transmite un mensaje desmoralizante: que las normas están para ser archivadas, no para cumplirse.

Tanto como un acto de autoridad, hacer cumplir la ley es una obligación moral. No hay razón válida para que vehículos sin frenos, sin luces o con puertas sujetas con sogas circulen en una ciudad que se precia de moderna. La seguridad no puede seguir siendo rehén de intereses bastardos ni de la cobardía institucional. El progreso no puede seguir circulando montado en la descomposición

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Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.