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Infancia en venta: impunidad cotidiana

Madres que venden, leyes que callan, el trasfondo del caso Wander Franco

La condena a Wander Franco a dos años de prisión suspendida por violar a una menor de edad es, en apariencia, una sanción judicial más. Detrás de esta sentencia, empero, se revela un drama colectivo que interpela a toda la sociedad dominicana: la sexualización de la niñez, la corrupción moral que atraviesa clases y estamentos, y la impunidad que rodea el embarazo adolescente, convertido ya en paisaje habitual.

Indignante el caso y no solo por la conducta criminal del beisbolista, sino por la participación de la madre de la menor, quien, según se probó, exigía dinero a cambio de permitir la relación. Un acto monstruoso que convierte a la infancia en moneda de cambio. Pero, ¿realmente es una excepción? ¿O estamos ante la expresión más visible de una estructura invisible, donde el silencio, la pobreza y la desigualdad permiten —cuando no fomentan— este tipo de vínculos abusivos?

En la República Dominicana, decenas de miles de niñas se convierten en madres cada año. Pocas veces se investiga quiénes fueron los adultos responsables. Casi nunca se aplican las leyes de protección a menores. La violación queda disimulada bajo eufemismos como "uniones tempranas" o "embarazos no planificados", y la responsabilidad desaparece tras la cortina de lo cultural o lo económico.

Franco cometió un delito, sin duda. Pero no lo hizo solo. Lo acompañó un entorno que consintió, una madre que vendió, y un país que, desde hace décadas, tolera que, se les robe la infancia a sus niñas. Sin escándalo.

Este caso va más allá de alimento para el morbo. Debería ser el espejo doloroso en el que la sociedad dominicana se mire y se pregunte, de una vez por todas, a quién está dejando atrás.

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Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.