Miles de niños en Gaza sufren desnutrición por bloqueo israelí, dicen grupos de ayuda
El sistema de ayuda humanitaria en Gaza "enfrenta un colapso total", advirtieron los líderes de 12 organizaciones de ayuda independientes

Varios grupos de ayuda han lanzado nuevas alarmas sobre el bloqueo en la Franja de Gaza, devastada por la guerra, donde Israel ha prohibido la entrada de alimentos y otros bienes durante más de seis semanas.
Miles de niños sufren desnutrición, y la mayoría de las personas apenas consumen una comida al día mientras las reservas disminuyen, dice Naciones Unidas.
El sistema de ayuda humanitaria en Gaza "enfrenta un colapso total", advirtieron los líderes de 12 organizaciones de ayuda independientes en una declaración conjunta. Afirmaron que muchos grupos han suspendido sus operaciones porque el bombardeo que Israel reanudó el mes pasado ha hecho que sea demasiado peligroso.
Los ataques que Israel lanzó la madrugada del jueves provocaron la muerte de al menos 23 personas, entre ellas, una familia de 10 miembros.
Un ataque en la ciudad sureña de Jan Yunis se cobró la vida de cinco menores, cuatro mujeres y un hombre de la misma familia, todos ellos con quemaduras graves, explicó el Hospital Nasser, que recibió los cuerpos.
En las operaciones israelíes en el norte de la Franja fallecieron otras 13 personas, entre las que había nueve niños, según el Hospital Indonesio.
El ejército de Israel dice que su objetivo son los combatientes de Hamás y que intenta limitar las bajas civiles. A menudo ataca hogares, refugios y áreas públicas, culpando al grupo armado de las muertes de civiles porque opera en esos sitios. Hasta el momento, no ha habido comentarios sobre los recientes ataques.
Israel finalizó su alto el fuego el 18 de marzo y reanudó los bombardeos, matando a cientos de personas y capturando grandes partes del territorio para presionar a Hamás a aceptar cambios en el acuerdo que acelerarían la liberación de rehenes.
Casi todos dependen de los comedores benéficos
La oficina humanitaria de la ONU, conocida como OCHA, indicó que casi la totalidad de los más de dos millones de habitantes de Gaza dependen ahora de los comedores benéficos, que solo pueden preparar un millón de comidas al día. Las comidas consisten principalmente en arroz o pasta sin verduras frescas ni carne.
Otros programas de distribución de alimentos han suspendido sus operaciones por falta de suministros, y la ONU y otros grupos han enviado el resto de sus existencias a los comedores.
La única otra forma de conseguir alimentos en Gaza es en los mercados. Pero la mayoría no puede permitirse comprar allí debido a la escalada de los precios y a la escasez generalizada, lo que hace que la ayuda humanitaria sea la principal fuente de alimentación para el 80% de la población, indicó el Programa Mundial de Alimentos en su informe mensual de abril sobre los mercados en la Franja.
"La Franja de Gaza sufre probablemente ahora la peor crisis humanitaria en los 18 meses" desde que comenzó la guerra, afirmó la OCHA.
La mayoría de los gazatíes han reducido sus comidas a una al día, según Shaina Low, portavoz del Consejo Noruego para Refugiados. "Es mucho menos de lo necesario", agregó.
El agua también escasea, y los palestinos hacen largas filas para llenar bidones en camiones cisterna. Omar Shatat, funcionario de una empresa local de agua, dijo que cada habitante consume apenas seis o siete litros por día, muy por debajo de la cantidad que la ONU estima necesaria para satisfacer las necesidades básicas.
Hay más niños desnutridos y es más difícil llegar a ellos
En marzo, más de 3,600 niños fueron admitidos para tratamiento por desnutrición aguda, frente a alrededor de 2,000 el mes anterior, según la OCHA, que dijo que "el rápido deterioro de la situación nutricional ya es visible".
Los grupos de ayuda también tienen menos capacidad para tratar a los niños desnutridos debido a los ataques aéreos y a las operaciones terrestres de Israel.
En marzo, el número de niños menores de 5 años a los que los trabajadores de ayuda pudieron suministrar suplementos nutricionales cayó un 70% desde febrero, bajando a 22,300 menores, una fracción de los 29,000 a los que pretenden llegar. Solo alrededor de 100 de los 173 sitios de tratamiento originales todavía funcionan, dijo OCHA.
"Los trabajadores humanitarios se han visto obligados a ver a las personas sufrir y morir mientras asumen la carga imposible de proporcionar alivio con suministros agotados, todo ello, mientras enfrentan las mismas condiciones que ponen en riesgo sus vidas", dijo Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias en Gaza para Médicos Sin Fronteras.
"Esto no es un fracaso humanitario, es una decisión política y un ataque deliberado a la capacidad de un pueblo para sobrevivir, realizados con impunidad", dijo en un comunicado.
El bombardeo israelí pone en peligro a los trabajadores humanitarios
En una encuesta realizada entre 47 grupos de ayuda se encontró que el 95% de ellos han reducido o detenido por completo sus operaciones, principalmente porque era demasiado peligroso en medio del bombardeo israelí, según la declaración conjunta de los líderes de organizaciones humanitarias, entre las que están el Consejo Noruego para Refugiados, Oxfam, Save the Children, CARE y Medical Aid for Palestinians.
Desde que se reanudó la guerra, Israel casi ha dejado de coordinarse con los grupos humanitarios sobre sus movimientos en Gaza. Eso significa que los trabajadores de asistencia no tienen garantía de que el ejército no los atacará.
COGAT, la agencia militar a cargo de la coordinación de ayuda en Gaza, reconoció haber detenido el sistema, que había estado en vigor antes del alto el fuego.
Desde mediados de marzo, el fuego israelí ha alcanzado al personal o instalaciones de al menos 14 organizaciones, y alrededor de 60 trabajadores de ayuda han sido asesinados, según la declaración.
"Cuando nuestro personal y nuestros socios, nuestros convoyes, nuestras oficinas, nuestros almacenes son bombardeados, el mensaje es claro y fuerte: ni siquiera la ayuda que salva vidas está protegida", dijeron los líderes de las 12 organizaciones de ayuda. "Esto es inaceptable".
Israel dice que el bloqueo es una táctica de presión
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, dijo el miércoles que impedir la entrada de ayuda humanitaria es una de las "tácticas de presión centrales" que se utilizan contra Hamás, a quien Israel acusa de desviar la ayuda para mantener su gobierno.
Los trabajadores de ayuda niegan que haya un desvío significativo de ayuda, y afirman que la ONU monitorea de cerca la distribución de suministros.
Israel exige que Hamás libere más rehenes al inicio de cualquier nuevo alto el fuego y que, en última instancia, acepte desarmarse y abandonar el territorio. Katz indicó que, incluso después, Israel seguirá ocupando grandes "zonas de seguridad" dentro de Gaza.
Hamás tiene aún 59 rehenes, de los cuales se cree que solo 24 siguen vivos. Dice que solo los devolverá a cambio de la liberación de más prisioneros palestinos, una retirada total de Israel de Gaza y una tregua duradera, como contemplaba el acuerdo, ahora roto, alcanzado a principios de año.
Hani Almadhoun, cofundador del comedor social Gaza Soup Kitchen, dijo que su cocina tiene alimentos para unas tres semanas más.
"Pero comida es un concepto muy amplio. Tenemos pasta y arroz, pero no mucho más. No hay productos frescos. No hay pollo ni carne de res. Lo único que tenemos es carne enlatada", añadió.
Dijo que hasta una de cada cinco personas que acuden al comedor en busca de alimento se van con las manos vacías.
La guerra comenzó cuando insurgentes liderados por Hamás atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 251 como rehenes.
La mayoría de los cautivos fueron liberados en acuerdos de alto el fuego o de otro tipo. Israel rescató a ocho y recuperó docenas de cadáveres.
La ofensiva israelí se ha cobrado la vida de más de 51,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud gazatí, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes. Israel afirma, sin aportar pruebas, que mató a unos 20,000 insurgentes.
La guerra ha arrasado vastas zonas de Gaza y la mayor parte de su capacidad de producción de alimentos. La guerra ha desplazado a cerca del 90% de la población y cientos de miles de personas viven en campamentos de tiendas de campaña y en edificios bombardeados.