Cómo el mosquito tigre invadió Francia y qué se puede hacer para detenerlo
A pesar de medir solo unos 3 mm, esta especie invasora ha conseguido extenderse por la mayor parte de Francia
Este insecto a rayas blancas y negras, que apareció en suelo francés por primera vez en 2004, se encuentra ahora en 71 de los 96 departamentos (unidades administrativas) continentales del país. Las autoridades sanitarias han declarado estas regiones en alerta roja, lo que significa que la especie vive y se reproduce en ellas.
Su propagación se ha convertido en un serio motivo de preocupación. El mosquito es un vector de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya, virus que han sido fuente de epidemias potencialmente mortales en lugares como Brasil o La Reunión, donde cientos de miles de personas han resultado infectadas.
La preocupación está calando entre los políticos franceses. El diputado de La France insoumise François Piquemal (cuyo apellido se traduce irónicamente como "pica mal") declaró a principios de esta semana que la propagación del mosquito tigre en Francia es una "cuestión política", y pidió al gobierno que tome medidas.
"Importado por la globalización neoliberal... y vector de graves enfermedades, está teniendo un impacto en nuestras vidas", escribió Piquemal en un tuit.
Ahora que las temperaturas en Francia aumentan constantemente debido al calentamiento global, creando las condiciones óptimas para que prolifere el mosquito, los investigadores van contrarreloj para encontrar una solución que mantenga a raya la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
La vuelta al mundo del Aedes albopictus
Originario de los bosques del sudeste asiático, el mosquito tigre, también conocido como Aedes albopictus, hizo su primera aparición en el continente europeo en 1979. Tras viajar desde China, el pequeño insecto hizo su primera parada en Albania.
Al poner sus huevos en las paredes de objetos construidos por el hombre que contienen agua estancada, como neumáticos usados o contenedores, los mosquitos hembra permitían a sus crías hacer autostop en los transatlánticos dedicados al comercio transcontinental. Adaptados para sobrevivir a largos periodos de sequía gracias a su cáscara impermeable llamada cutícula serosa, los huevos podían agarrarse durante meses. Una vez que los barcos llegaban a su destino y se descargaban los contenedores, los huevos podían eclosionar si las condiciones eran lo suficientemente cálidas y húmedas, como ocurría en Albania.
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"Albania era entonces un Estado comunista y mantenía estrechas relaciones [comerciales] con China. Así que el mosquito fue transportado desde el este", explica Anna-Bella Failloux, entomóloga médica del Instituto Pasteur de Francia. "Pero la especie nunca salió del país, ya que no comerciaba con el resto de Europa".
El diminuto tigre tardaría otros 11 años en llegar al resto del continente, empezando por el puerto italiano de Génova. Una vez allí, sus poblaciones se extendieron rápidamente. El mosquito colonizó por completo las provincias italianas en sólo 10 años, y el país es ahora el más infestado de Europa.
En 2004 se detectaron los primeros mosquitos tigre en Francia. Menton, una ciudad del sur a sólo 11 kilómetros de la frontera italiana, albergó el primer criadero de la especie invasora. Desde allí, recorrió el país en trenes, camiones e incluso coches.
Su propagación en Francia "no fue exponencial", afirma Pierre Tattevin, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario de Rennes, "pero sí continua". Desde su llegada, "hay unos cuatro o cinco nuevos departamentos afectados cada año", y el mosquito puede verse cerca del Canal de la Mancha, hasta el norte de Bretaña.
Sin la globalización, Francia no sería hoy el hogar del mosquito tigre. "La actividad humana permitió la propagación de este mosquito", explica Failloux, y señala que sólo se extendió rápidamente por Europa después de llegar a Italia, ya que en aquella época Italia tenía más intercambios con otros países que Albania.
También es notablemente resistente en comparación con otras especies. "En menos de cuatro décadas, el mosquito tigre ha conquistado el mundo tropical y subtropical", explica Failloux. "A su primo, el Aedes aegypti... le llevó 400 años".
El mosquito Aedes aegypti es conocido comúnmente como el mosquito de la fiebre amarilla, pero también puede transmitir virus como el zika, el dengue y el chikungunya. A diferencia del mosquito tigre, no puede establecerse en regiones no tropicales.
Mujeres supermosquito
De las 3,500 especies de mosquitos que hay en el mundo, sólo el 15% pica a los humanos. Y de las que pican, "tres son las principales responsables de la propagación de enfermedades humanas", según National Geographic; el mosquito tigre es una de esas tres.
Actuando como vector, el mosquito tigre puede ser portador de virus graves como el dengue, el zika y el chikungunya. Cuando el insecto pica a un humano para obtener proteínas de la sangre para sus huevos, transmite el virus a través de su saliva. Las hembras del mosquito tigre son las únicas que pican, y lo hacen cada cinco o siete días, pero "son portadoras de virus durante todo su ciclo vital", explica Failloux. En condiciones ideales, esta especie puede vivir unas tres semanas.
Además, una hembra de mosquito tigre se insemina una vez en su ciclo vital, lo que significa que puede "almacenar esperma masculino que utilizará para fecundar sus huevos durante toda su vida", dice Failloux. Y esos huevos pueden soportar estar secos "durante meses o incluso años" seguidos, explica el entomólogo.
Para el experto en enfermedades infecciosas Tattevin, el mosquito tigre representa una amenaza "enorme" para la sociedad. El dengue, el zika y el virus chikungunya son "grandes problemas de salud pública en países donde ha habido epidemias, eso es lo preocupante", afirma.
El dengue es la enfermedad más común transmitida por mosquitos. Aunque la mayoría de la gente no tiene síntomas, los que sí los tienen pueden experimentar fiebre alta, dolores de cabeza y corporales, náuseas y erupciones cutáneas. Normalmente pasan al cabo de una o dos semanas, pero en casos graves el virus puede ser mortal. Existe una vacuna contra el virus, pero su uso no está muy extendido.
El zika también es un virus asintomático en la mayoría de los casos, pero puede suponer una grave amenaza para las mujeres embarazadas, ya que puede causar malformaciones congénitas en el niño.
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El chikungunya comparte síntomas similares con el dengue y el zika, y aunque la mayoría desaparecen al cabo de unos días, algunos pacientes han notificado dolores articulares duraderos que pueden ser debilitantes. Los casos de muerte o síntomas graves son raros, y suelen estar relacionados con problemas de salud preexistentes.
En 2022, las autoridades sanitarias francesas registraron 65 casos autóctonos de dengue, lo que significa que las personas que contrajeron el virus lo hicieron localmente, en suelo francés, y no en el extranjero.
En lo que va de 2023, no se ha registrado ningún caso autóctono, pero los expertos afirman que el país podría volverse más vulnerable a las enfermedades infecciosas propagadas por el mosquito tigre a medida que aumente la temperatura global, creando las condiciones ideales para que prolifere.
Y una vez que la especie se ha asentado, es "prácticamente imposible deshacerse de ella", según un comunicado de prensa publicado en abril por el Instituto Pasteur.
"Más eficientes" por el cambio climático
El calentamiento global provocado por el cambio climático hace que las temperaturas más altas duren más tiempo. Esto no sólo alarga la temporada de mosquitos, sino que también acelera su desarrollo, según un estudio de 2020 publicado por la Asamblea Nacional francesa.
"El mosquito tigre es mucho más eficaz, activo y cómodo a temperaturas superiores a 22 o 23 grados centígrados", coincide Tattevin, quien reconoce que el calentamiento global está creando las condiciones ideales para que el mosquito prolifere.
Los entomólogos llevaron a cabo experimentos para observar cómo los factores climáticos impulsan la invasión de la especie, y descubrieron que cuando las temperaturas aumentaban, los mosquitos se comportan mejor. "Volaban más y más lejos, vivían más, eran más rápidos y se reproducían con mayor rapidez", afirma Tattevin.
Los experimentos también demostraron que el mosquito tigre, a diferencia de su primo el aedes aegypti que prospera en climas tropicales, podía soportar temperaturas más frías durante períodos más largos.
Las condiciones climáticas ideales para el mosquito tigre en Francia duran aproximadamente desde mayo hasta septiembre u octubre, pero "cuando llegamos a finales de noviembre y las temperaturas bajan a unos diez grados, una hembra pone sus huevos, que sobrevivirán a la estación invernal", señala Failloux. "Cuando las temperaturas vuelvan a subir a principios de primavera, los huevos eclosionarán y se convertirán en mosquitos adultos", explica.
"Matar al mosquito"
Desde que el invasor rayado fue visto por primera vez en Francia hace 20 años, las autoridades sanitarias han advertido de sus peligros.
La Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos, el Medio Ambiente y el Trabajo (Anses) ha publicado un folleto para informar a los ciudadanos de las medidas que pueden tomar para mitigar su propagación en casa. Entre ellas, vaciar y dar la vuelta a los cubos, cuencos, jarrones u otros recipientes que puedan contener agua estancada, cubrir los bidones de recogida de agua con mosquiteras y limpiar los canalones para evitar que los mosquitos se reproduzcan. El gobierno también insta a la población a llevar ropa larga y utilizar repelente de mosquitos durante la temporada alta.
Los residentes en Francia también pueden notificar la presencia de mosquitos tigre a través de una plataforma específica creada por la agencia.
Para quienes hayan viajado a un país donde existen el zika, el dengue o el chikungunya, dice Tattevin, es vital vigilar los síntomas. "Si una persona llega a Francia continental con alguno de estos virus, la primera regla es mantenerla bajo mosquiteras para que no pueda ser picada por otro mosquito, que infectará a los que estén a su alrededor", explica.
En cuanto a las soluciones a gran escala que podrían aplicarse a escala nacional, algunas son más prometedoras que otras. La fumigación con insecticidas es una de ellas, pero tanto Tattevin como Failloux coinciden en que dista mucho de ser ideal. El mosquito tigre se ha aclimatado e incluso se ha hecho resistente a los insecticidas, lo que significa que "se necesitan dosis más altas, lo que es tóxico para nuestro medio ambiente", afirma Failloux.
Los investigadores también están estudiando formas de esterilizar a los mosquitos tigre macho para neutralizar la posibilidad de futuras crías. Mediante la técnica del insecto estéril (TIE), las crisálidas de mosquito macho (la fase anterior a la adultez) se exponen a rayos gamma que descomponen el ADN de su esperma. Una vez liberados en la naturaleza y apareados con una hembra, a las hembras les resulta imposible poner huevos viables.
Pero "seleccionar y separar las pupas macho no es fácil", dice Failloux, "y el método requiere tener acceso a laboratorios donde criar mosquitos, que son caros de financiar". El entomólogo añade que los machos esterilizados también pierden su impulso competitivo para aparearse, "de modo que si no son los primeros en fecundar a una hembra, un macho salvaje podría llegar antes".
La solución más eficaz hasta ahora ha sido contaminar a los machos con la bacteria Wolbachia, que "hace imposible que un mosquito transmita un virus, en particular el dengue", afirma Failloux.
Según el World Mosquito Programme, un ensayo realizado con mosquitos aedes aegypti en Indonesia permitió reducir en un 77% la incidencia del dengue y en un 86% las hospitalizaciones por esta enfermedad.
"Es una solución muy prometedora", afirma Failloux, que cree que la única forma de avanzar es "matar al mosquito".
"Sólo así evitaremos que estas enfermedades se propaguen", insiste.
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