La nueva administración Trump preocupa en Ucrania
Un posible cambio de rumbo en la política estadounidense hacia Ucrania
El equipo que rodeará a Donald Trump durante su segundo mandato está cada día más claro. Marco Rubio, como jefe de la diplomacia, el multimillonario Elon Musk, o Pete Hegseth, presentador de Fox News sobre defensa. Desde el punto de vista de Ucrania, existe una gran preocupación por el nuevo rumbo que podría tomar Estados Unidos, principal apoyo financiero y militar de Kiev.
Frente al futuro equipo que se perfila en torno a Donald Trump, las autoridades ucranianas adoptan una actitud más bien pragmática. Por supuesto, hay preocupaciones, pero desde el punto de vista de Kiev, lo que importa con estos nombramientos en Estados Unidos es evaluar e identificar quién es susceptible de seguir apoyando a Ucrania contra la agresión rusa.
Los ucranianos están especialmente preocupados por la anunciada presencia en la futura administración Trump de Elon Musk, que se hace eco regularmente de la desinformación rusa, en particular en su red social X. Kiev también está a la espera de saber quién podría ser el enviado especial para la paz que Donald Trump ha presentado sin nombrarlo como alguien experimentado y que se encargará de alcanzar un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia.
Otro nombramiento muy vigilado es el de Pete Hegseth como secretario de Defensa, si lo confirma el Congreso estadounidense. Los ucranianos esperan ver cómo se desenvuelve en su nuevo cargo, a pesar de su falta de experiencia política y su hostilidad hacia la OTAN.
Donald Trump prometió resolver el conflicto ucraniano en 24 horas. Las personas cercanas al presidente estadounidense han mencionado las concesiones territoriales como medio para lograrlo, lo que, por supuesto, preocupa a Kiev. Sin embargo, el pasado mes de junio, en la Cumbre de la Paz organizada por Ucrania en Suiza, 80 países pidieron que se respetara la integridad territorial de Ucrania tal y como se definió en 1991, es decir, incluyendo Crimea y las regiones de Donetsk y Lugansk, y que siguiera siendo la base de cualquier acuerdo de paz.
Esta soberanía está reconocida internacionalmente, en particular mediante tratados que Rusia también firmó antes de violarlos en 2014. En cuanto a la población, el 58% de los ucranianos sigue oponiéndose a cualquier transferencia de territorio, según una encuesta del Instituto de Sociología de Kiev. Esta cifra ha descendido desde 2022, cuando más del 80% de los ucranianos rechazaba cualquier cesión de territorio. Sigue siendo una clara mayoría.
La situación sobre el terreno es extremadamente tensa. Las tropas ucranianas luchan actualmente para evitar quedar atrapadas en el sector de Kurajove, en la región de Donetsk, donde los combates son más intensos. Las tropas rusas también están relanzando ofensivas en el sector de Kupyansk, en la región de Járkov.
Expertos occidentales aseguran también que Rusia ha acumulado 50,000 soldados en la región de Kursk para intentar hacer retroceder al ejército ucraniano, afirmación confirmada por Kiev. Ucrania ha lanzado allí una ofensiva para demostrar que, de existir una zona gris, podría ser en suelo ruso. Este territorio también podría intercambiarse por el ocupado ilegalmente por los rusos en Ucrania.