Canadá se prepara para otra "explosiva" temporada de incendios forestales
Gobierno entregará 256 millones de dólares canadienses a provincias y territorios para comprar equipos especializados
Canadá se prepara para otra "explosiva" temporada de incendios forestales, después de que el año pasado viviera la peor de su historia, dijeron el miércoles funcionarios federales.
Hay múltiples indicios de un riesgo importante, incluido un invierno más cálido de lo normal que dejó poca acumulación de nieve en el suelo y gravó las sequías en varias regiones.
"Con el calor y la sequía a lo largo del país, podemos esperar que la temporada de incendios forestales comience antes y termine más tarde, y que potencialmente sea más explosiva", dijo en conferencia de prensa el ministro de Preparación para Emergencias, Harjit Sajjan.
"Las tendencias en la temperatura son muy preocupantes", añadió, y señaló impactos posiblemente devastadores, sobre todo en las provincias de Ontario, Alberta y la Columbia Británica.
Para afrontar estas amenazas, Ottawa planea capacitar a mil bomberos forestales adicionales y la próxima semana duplicará en el presupuesto federal el crédito fiscal para los bomberos voluntarios.
Además, entregará 256 millones de dólares canadienses (187 millones de dólares) a las provincias y territorios para comprar equipos especializados.
El ministro de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, señaló: "Siempre se han producido incendios forestales en todo Canadá. Lo nuevo es su frecuencia e intensidad".
"Y la ciencia es clara. La causa fundamental de esto es el cambio climático".
La temporada de incendios forestales de 2023, "la peor temporada que los canadienses han visto", según Sajjan, costó la vida a ocho bomberos y desplazó a 230.000 personas.
Más de 15 millones de hectáreas de bosque quedaron reducidas a cenizas. "La destrucción fue devastadora".
Para Sajjan, el fenómeno se ha convertido en "un problema de salud pública internacional".
Los funcionarios también advirtieron que el 80% de las comunidades indígenas de Canadá están "en riesgo" por su proximidad a tierras potencialmente inflamables.
Hasta el miércoles, aproximadamente 65 incendios estaban activos en todo Canadá, algunos de ellos remanentes del año pasado.