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Evo Morales llama a votar nulo o en blanco en Bolivia y lidera las encuestas

Morales, inhabilitado judicialmente para participar en los comicios del 17 de agosto, expresó a través de redes sociales que el voto nulo es una opción "democrática y legítima"

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Evo Morales llama a votar nulo o en blanco en Bolivia y lidera las encuestas
Imagen de archivo de Evo Morales quien fue inhabilitado judicialmente para participar en los comicios del 17 de agosto en Bolivia. (ARCHIVO)

A poco más de dos semanas de las elecciones generales en Bolivia, el llamado del expresidente Evo Morales a votar nulo ha acentuado la tensión política en un escenario ya marcado por la fragmentación de la izquierda y la pérdida de influencia del Movimiento al Socialismo (MAS). Paralelamente, una nueva encuesta nacional refleja un crecimiento del voto residual, nulo, blanco e indeciso, que supera a todos los candidatos en intención de voto.

Morales, inhabilitado judicialmente para participar en los comicios del 17 de agosto, expresó a través de redes sociales que el voto nulo es una opción "democrática y legítima" frente a lo que califica como un proceso diseñado para favorecer al oficialismo y a la derecha.

En su mensaje, denunció una supuesta manipulación de la contienda por parte del Gobierno, el Tribunal Supremo Electoral y el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien también es candidato presidencial por la alianza Alianza Popular.

""Votar nulo o blanco es votar por la derecha""Andrónico RodríguezSenador boliviano y aspirante presidencial

"La papeleta ha sido diseñada para favorecer a la derecha y al gobierno, con jueces y autoridades sometidas", sostuvo Morales. Además, acusó al oficialismo de dividir al MAS, bloquear la inscripción de candidaturas opositoras y promover el control del aparato partidario.

El bloque político que responde al exmandatario ha intensificado en los últimos días la campaña por el voto nulo, con la apertura de casas de campaña en ciudades como Santa Cruz y El Alto, y el anuncio de al menos 30 centros de coordinación en todo el país.

El argumento central es el rechazo a todas las candidaturas vigentes, a las que consideran ilegítimas tras la exclusión de Morales, quien ya ejerció la presidencia durante tres periodos entre 2006 y 2019.

Este movimiento coincide con un cambio significativo en el comportamiento del electorado.

Según la última encuesta realizada por Ipsos Ciesmori para el canal Unitel, el voto nulo, blanco e indeciso, conocido como voto residual, asciende a 34.1 % a nivel nacional, superando a los candidatos mejor posicionados: Samuel Doria Medina (21.5 %) de la alianza Unidad, y el expresidente Jorge Quiroga (19.6 %) de la alianza Libre.

Este sondeo es el primero publicado después del llamado explícito de Morales a anular el voto. El estudio también muestra que el candidato de izquierda mejor posicionado, Andrónico Rodríguez, ha descendido drásticamente del tercer lugar con más del 14 % al cuarto lugar con apenas 6.1 % de intención de voto.

La caída coincide con el distanciamiento de Morales y con los ataques cruzados entre facciones progresistas.

Reacciones desde el oficialismo

Desde el oficialismo, las reacciones no se hicieron esperar. El presidente en ejercicio, Luis Arce, calificó la campaña por el voto nulo como una expresión de "ambición personal y egocéntrica" de Morales, y advirtió que favorece indirectamente a la derecha.

Por su parte, Rodríguez acusó a quienes promueven la anulación del sufragio de debilitar al bloque popular y facilitar el avance conservador. "Votar nulo o blanco es votar por la derecha", afirmó el senador y aspirante presidencial.

En paralelo, Arce ha hecho reiterados llamados a la unidad de las fuerzas progresistas y sociales.

En una carta pública difundida el pasado domingo, instó a conformar un bloque común de izquierda para enfrentar lo que denominó "enemigos de clase" y evitar una regresión política. Sin embargo, sus esfuerzos no han logrado cerrar las fisuras internas ni revertir la fragmentación.

La división del MAS es uno de los factores clave en este proceso. Por primera vez, el partido enfrenta una elección sin candidatura unificada. Rodríguez compite con Alianza Popular, Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno, se presenta como postulante oficialista con respaldo del MAS institucional, y Morales, desde fuera del proceso, alienta el voto nulo. A esto se suma la salida de Eva Copa y su partido Movimiento de Renovación Nacional (Morena), que todavía no ha definido públicamente a qué candidatura dará respaldo.

Según los datos de Ipsos, el MAS podría incluso enfrentar la pérdida de su personería jurídica si Del Castillo no supera el 3 % de los votos válidos, como lo indican las proyecciones actuales. Esta eventualidad marcaría el ocaso formal del partido que dominó la política boliviana durante las últimas dos décadas.

La encuesta también refleja una mayor participación del voto indeciso (12.4 %) y un aumento constante del voto nulo en comparación con los cuatro estudios anteriores. La tendencia sugiere una pérdida de confianza en las opciones tradicionales, en un contexto de crisis económica, escasez de divisas y combustible, y episodios recientes de violencia política.

En total, hay ocho candidaturas inscritas para las elecciones presidenciales. Además de Doria Medina, Quiroga, Rodríguez y Del Castillo, se postulan Manfred Reyes Villa (8.3 %), el senador Rodrigo Paz (5.8 %) y otros tres aspirantes con menos del 3 % de apoyo, lo que anticipa un resultado fragmentado y la posible necesidad de alianzas legislativas para garantizar gobernabilidad.

Analistas coinciden en que el voto residual, antes marginal, se ha convertido en el actor central de esta contienda, no solo como protesta frente al sistema político actual, sino como un factor determinante que podría evitar que cualquier candidato alcance una mayoría clara.

  • Con un tercio del electorado rechazando la oferta electoral formal, el mensaje de Morales ha calado en un sector amplio de la población, pese a las críticas desde la propia izquierda.

El presidente del MAS, Grover García, convocó a una reunión el 24 de julio para intentar unificar al bloque progresista. Aunque Alianza Popular expresó apertura al diálogo, descartó renunciar a la candidatura de Rodríguez, lo que evidencia la falta de consensos. Mientras tanto, los equipos cercanos a Morales insisten en que la anulación del voto representa una "defensa de las mayorías empobrecidas" frente a un sistema excluyente.

Cuando faltan 17 días para las elecciones, el panorama sigue abierto. La polarización, la disgregación del progresismo y el crecimiento del voto nulo plantean un escenario inédito en Bolivia. De mantenerse la tendencia, el próximo presidente deberá gobernar con una Asamblea dividida y con un mandato frágil, producto de una elección donde el mayor porcentaje podría ser el de los que decidieron no elegir a nadie.

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