Santo Domingo: “La ciudad que viste y calza”
El origen y evolución de la moda en República Dominicana, en especial, la ciudad de Santo Domingo, fue el tema del conversatorio de gurús de la moda como Sócrates McKinney y José Forteza

La evolución de la moda en República Dominicana fue el enfoque del conversatorio, vía Zoom, realizado por la Fundación Erwin Walter Palm y transmitido en vivo en su cuenta de Facebook.
José Forteza, editor senior de CondeNast para México y América Latina; y Sócrates McKinney, como gurú local y director artístico de DominicanaModa, protagonizaron la disertación que tuvo como tema “La Ciudad que Viste y Calza”, moderada por José Enrique Delmonte, quien introdujo con una panorámica sobre el origen de la moda aquí, en la que incluyó una reflexión sobre si la primera impresión es la que vale, cuál habría sido la de los nativos de la isla, cuya voz está ausente en los escritos de la época de la colonización. Y esto debió ser muy impactante.
La vestimenta es la representación de una forma de pensamiento y estilo de vida de una época que, a la vez, indica estatus social. La arbitrariedad entre el vestir de los colonizadores del Nuevo Mundo y los nativos es tan amplia como su visión del universo. Siempre ha sido así. La representación de lo que eres está en lo que te pones, en lo que te dejas de poner; en el peinado, en el calzado, en los accesorios y hasta en la fragancia que eliges; tiene relevancia cultural desde los primeros tiempos hasta hoy.
Los indígenas, con su desnudez, podrían ser los indicadores de la inocencia y simpleza cotidiana; mientras que el europeo, ataviado de telas, colores y estructuras, evocaría la astucia y codicia por las riquezas del mundo, y quien permitió que la pasión por el vestir, la moda y su comercio se introdujeran en América con Europa como patrón de los modelos a usarse y la producción de estos. “Con el paso de los años y las dificultades que provocó el total aislamiento que redujo la corona a este territorio, se generó una pequeña industria artesanal para cubrir las necesidades de vestimenta de los colonos, y así las costureras y zapateros suplieron a ricos y pobres de todas las edades”, dijo Delmonte.
Se introdujo un código de vestimenta para la asistencia de actividades, principalmente las religiosas, como bautizos, aniversarios, santoral, entre otras, que hacían suspirar a la población femenina por la emoción de estrenar un diseño de vestido. Paralelamente se desarrollaban los eventos paganos de los nativos, que se llevaban a cabo libres de esta preocupación al vestir.
Con el transcurrir de los tiempos llegó el apogeo de las revistas, mientras Londres y París se apropiaron del camino que conducía a las tendencias. En el siglo XX el vestir tuvo una revolución motivada por los avances industriales, culturales y económicos que cambiaron el pensar de la gente.
En estos momentos en los que la industria de la moda a nivel mundial produce más, se pone el enfoque y gran reto de salvaguardar el planeta en la reducción de residuos, lo cual significa evolucionar a una nueva forma de cubrir el cuerpo.

Influencia europea y estadounidense en los dominicanos
Para Sócrates McKinney el gusto de los dominicanos por la moda europea ha recorrido los tiempos hasta llegar a nuestros días. Sin embargo, aclara que con la migración de muchos dominicanos hacia USA, en los años 60 y 70, se creó un canal que introdujo un nuevo patrón de moda en el país por parte de una clase social más baja económicamente; mientras que para la alta sociedad la preferencia siempre apuntaba hacia Europa. También el cine y la música tienen su impacto transformador durante la misma temporada.

“La moda es un reflejo social... y en ella se da un fenómeno muy bonito porque hay patrones que se importan, pero no sabes ni de dónde son, ni por qué nacen, pero la gente los asume”, dijo McKinney mientras lo ejemplificaba con los moradores de los barrios de cualquier ciudad del país, donde se aprecia a los muchachos llevando pantalones baggy a media nalga y con boxers visibles; tal como ocurre en cualquier gueto estadounidense, lo cual es consecuencia de una interacción producto de videollamadas, la foto de un primo, las redes sociales e internet en general.
Asimismo, considera que los estilos se concentran en las delimitaciones que les representan, unos prefieren Gascue, otros la Ciudad Colonial, el Parque Duarte o cualquier punto de encuentro que sea recipiente de lo que lleva. “Ya no necesito viajar físicamente hacia una ciudad, ni esperar una revista para saber lo que se lleva, con internet lo tenemos a mano”.
“La moda nace en la calle y del movimiento social que esté ocurriendo en el momento”, dice José Forteza, quien en sus intervenciones se enfocó en la visión regional.
El editor declaró que una cosa es vestimenta y otra es el arte de la moda, al que la mayoría no accede; ambas encuentran su enlace en la moda "pret-á-porter" (lista para vestir), que es más sofisticada que la primera, pero menos exigente que la segunda. “Todas sirven para un mismo propósito que es vestir acorde a los intereses y capacidad económica”.
También se habló del nacimiento de la moda en República Dominicana explicando que hay que visualizar el contexto inicial partiendo de que España, en cuanto a moda y estética, es más sencilla que el resto de los países del continente europeo; lo mismo que la de los indígenas de la isla, frente al resto de América.
