El Estado dominicano ha creado una burbuja que debe desinflar
La burbuja fiscal dominicana: cuándo y por qué estallará

Durante los últimos 14 años, el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees) ha venido advirtiendo sobre el aumento en el gasto público, los déficits y, su resultado, el endeudamiento público. Desde 2011, la labor de la institución ha estado dirigida, entre otros propósitos, a advertir sobre la burbuja estatal que se ha estado gestando, y aportar herramientas de políticas públicas en ese sentido, como un proyecto de ley de responsabilidad fiscal y una reforma al Código Tributario.
Las burbujas solo toman dos cursos: se desinflan o siguen creciendo... hasta un punto. Las burbujas pueden ser desinfladas por un proceso de reducción del gasto, usando una de las mejores acciones que recomienda la ciencia económica: la austeridad.
La austeridad es sana porque evita que las burbujas se desinflen de manera súbita; cuando las condiciones ya no permiten sostener el endeudamiento.
¿Cómo creció la burbuja fiscal dominicana?, sus orígenes se remontan a los primeros años de este siglo. El proceso de emisión de deuda soberana en mercados internacionales permitió la aceleración del gasto, y el crecimiento de un endeudamiento público que había disminuido en los años 1990.
Varios años más tarde, en 2008, el mundo sufrió una crisis que inició en Estados Unidos, cuando se desinfló una burbuja en el mercado de crédito. Una burbuja creada por la expansión monetaria de años previos.
Con la crisis financiera, grandes bancos centrales empezaron a incrementar la cantidad de dinero para tratar de solucionar una crisis creada por la misma política: aumento en el crédito barato. A la política monetaria expansiva, principalmente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, se le unió una política fiscal de endeudamiento público promovida por organismos multilaterales.
A nivel internacional, los políticos no perdieron tiempo y aprovecharon la liquidez para emitir más deuda y aumentar el exceso de gasto. El mundo fue testigo del incremento en el oportunismo político y en la irresponsabilidad fiscal.
La burbuja dominicana también creció con ese episodio. Aumentó el desequilibrio de las finanzas públicas, y creció el ritmo del endeudamiento estatal. Mientras se pudieran colocar bonos, seguirían los déficits.

Luego vino la pandemia y las condiciones de liquidez se volvieron más laxas. Aumentó la oferta monetaria y bajaron los rendimientos de los bonos de referencia. En otras palabras, surgió otra coyuntura para gastar más, y cubrir los déficits con endeudamiento; mientras, la burbuja estatal seguía creciendo.
El gasto público pasó de 368 dólares por habitante en el año 2000 a 2,249 en 2024. En consecuencia, la deuda pública ha aumentado y los intereses representarían el 28.8 % del ingreso tributario en 2025, incluyendo transferencias al Banco Central de la República Dominicana.
En la actualidad, los ciudadanos tienen que cargar con el exceso del gasto de años previos y con el peso de la incertidumbre de a dónde podrían llevar intenciones, reales o supuestas, de incrementar las recaudaciones impositivas sin el uso de la austeridad.
Los fundamentos de la ciencia económica y la evidencia empírica, demuestran la importancia de la reducción del gasto público.
Elemento esencial para sacarle aire a la burbuja.
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Una colaboración del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees).