Creencia confirmada
La creencia de que el estado de la economía es por lo regular determinante para los resultados electorales, quedó en evidencia en Argentina
Janio Quadros, decenios atrás en Brasil, llevó a cabo su campaña electoral acompañado de una escoba, símbolo de su compromiso de limpiar la administración pública si ganaba los comicios. Este año, Javier Milei, candidato a la presidencia de Argentina, desarrolló la suya blandiendo una sierra eléctrica, esta última representando su propuesta de reducir los gastos públicos. Quadros, político de izquierda, triunfó. Milei, de derecha, también ganó, derrotando a Sergio Massa, ministro de economía del gobierno saliente.
La creencia de que el estado de la economía es por lo regular determinante para los resultados electorales, quedó en evidencia en los comicios argentinos. De hecho, era previsible que Massa ni siquiera llegaría a la segunda vuelta, dada la persistente crisis económica del país. Con una inflación del 140%, el 40% de las familias bajo la línea de la pobreza, y el precio del dólar por las nubes, se presumía que los votantes rechazarían la candidatura de Massa, considerándolo como parte del desastre. Que no fuera así demuestra que el disgusto con la situación prevaleciente no implica que todos los disgustados estén necesariamente dispuestos a apoyar cualquier tipo de reformas que les sean propuestas.
Y ciertamente que la agenda de Milei era radical. Fusionar los ministerios de salud y educación. Recortar programas sociales. Clausurar el banco central. Eliminar la moneda nacional y reemplazarla con el dólar. Suprimir los ministerios de deportes, cultura y la mujer. Esas y otras iniciativas le valieron ser comparado con Donald Trump, quien también sirvió de inspiración en Brasil para Jair Bolsonaro en su campaña electoral.
No obstante, a pesar de que una parte significativa de la población temía a las consecuencias de su victoria, especialmente al haberse acostumbrado a recibir subsidios del gobierno que no desea perder, la magnitud del descalabro económico pesó más que la aprensión, dando a Milei un contundente triunfo sobre su rival.