Gremios militantes
En el curso de las actividades económicas surgen disputas que es mejor enfrentar acompañado. Durante siglos, personas que realizan labores similares han tendido a formar agrupaciones para atender asuntos de interés común. Esas agrupaciones pueden tener diferentes modalidades y grados de formalidad, y perseguir diversos objetivos, entre ellos educativos, de asistencia recíproca y para establecer pautas de conducta y calidad. Pero su más notorio propósito ha sido la defensa de sus miembros, para protegerlos de ataques en su contra, preservar sus fuentes de ingreso o impedir la competencia. En un sentido amplio, el concepto de gremio abarca los sindicatos, las asociaciones profesionales y las entidades representativas de servidores públicos, todos los cuales comparten ese propósito de defensa con las organizaciones empresariales dentro de sectores económicos específicos.
Muchos economistas celebran la existencia de esas agrupaciones, y algunos han llegado a verlas como un factor de equilibrio frente al poder de los gobiernos. Otros ponderan sus aportes al mantenimiento de normas de buen comportamiento, integridad profesional y estándares de servicio. Los hay, sin embargo, que les atribuyen obstaculizar cambios estructurales, limitar la libertad de empresa y contratación, retrasar avances tecnológicos, auspiciar altos precios y tarifas, y reducir la eficiencia operativa.
En algunos casos la defensa de los intereses comunes puede ser violenta. En diciembre del año pasado se reportó un asalto inusual en Pakistán, protagonizado por abogados descontentos con el tratamiento que recibían de los médicos de un hospital de cardiología. Unos 200 abogados, de saco y corbata y armados con tubos y palos, se dividieron en grupos y recorrieron las instalaciones golpeando doctores y enfermeras, rompieron ventanas y destrozaron equipos y vehículos. El personal del hospital buscó refugio y dejó a los pacientes desatendidos. Dos enfermos graves murieron.