Una Champions con mirada al cielo

Querida Xana, ¡papá lo ha logrado de nuevo! La foto que se tomaron juntos en Berlín le volvió a dar la vuelta al mundo. Mucha gente deseaba esta victoria en honor a ti por lo feliz que fuiste y por las lecciones de humanidad que él nos viene dando después de tu partida.

Te cuento que su Paris Saint Germain derrotó al Inter en la final del sábado. Digo "su" porque ese equipo es un equipo de autor, hecho a su imagen y semejanza. Desde el inicio del encuentro, como a lo largo de toda la temporada, parecían una sinfónica sobre la cancha, una maquinaria perfectamente coordinada donde cada jugador ejecutaba las notas que iba marcando tu padre desde el banquillo; aquello parecía arte puro. Tanto así, que se terminó convirtiendo en un cinco a cero histórico, la goleada más grande vista en una final de Champions.

Me imagino que los tuyos te habrán hablado de que estos son años complicados, donde la decisión de lo que hacemos y dejamos de hacer se la estamos delegando a un señor llamado algoritmo. Con la agravante de que este tipo hoy día premia y estimula el individualismo, antepone la confrontación en lugar del encuentro. Bueno, pues el PSG de tu viejo es precisamente la oposición a todo eso; es un homenaje al compromiso colectivo, al sacrificio por el todo. No hay ningún talento, por más grande que sea, que se coloque por encima de una institución.

Por fin Paris levantó ´la orejona´ después de muchos años quedándose en el camino con planteles que supieron tener a los mejores futbolistas del mundo. La salida de Mbappé el año pasado fue un parteaguas. Papá dijo que haría a su equipo todavía mejor, y mira si lo logró. En el verano llegaron Neves, Pacho y Doué, jóvenes valiosos pero desconocidos; en el mercado de invierno se incorporó a Kvaratskhelia, y logrando la mejor versión de Dembélé convirtió a un equipo de jugadores de reparto en el gran campeón de Europa.

En medio de los festejos, como podrás suponer, le preguntaron mucho por ti y es tan especial Luis Enrique que dijo que no necesitaba ningún trofeo para recordarte y tenerte presente; que piensa más en ti cuando pierde, pero te puedo asegurar que aquella noche la luz de tu estrella iluminó a tu familia y a millones de personas en todo este planeta. Hasta una próxima vez, pequeña.

La muerte sigue siendo uno de nuestros más grandes enigmas. Hemos avanzado en muchas cosas, pero esa todavía no conseguimos comprenderla. La de los hijos es, sin duda, la más dura de todas. Siento que esta Champions, al igual que estas líneas, están dedicadas a los padres que les toco despedir a sus hijos; a todos ellos les abrazo siempre.

Francisco Lapouble

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Apasionado del fútbol en todas sus facetas.