La alegría por un campeón diferente
El Crystal Palace hizo historia al ganar su primer título en 119 años de existencia, coronándose campeón de la FA Cup -el torneo más antiguo del mundo (1871)- tras vencer 1-0 al poderoso Manchester City en Wembley

Este fin de semana el Crystal Palace se coronó campeón de copa en Inglaterra, la FA Cup, el torneo de más antiguo en todo el mundo, cuya fundación data de 1871, una competencia que es referencia histórica y cultural para el desarrollo del fútbol moderno.
La consagración de este pequeño club centenario del sur de Londres ocupa mucho espacio en la conversación futbolera reciente pues la victoria en la final de Wembley ante el Manchester City el pasado sábado, supuso el primer trofeo de la institución en sus 119 años de existencia.
En estos tiempos de plena industrialización del deporte, donde los títulos suelen quedar en manos de clubes hegemónicos, de billeteras sin fondo y chequeras abiertas, son pocos los medios que quedan abiertos para que se puedan dar este tipo de hazañas.
Estamos hablando de un equipo de espíritu de barrio con una fanaticada pequeña, bien de la zona, de presupuesto modesto en comparación con los gigantes de Inglaterra, cuyo triunfo le devuelve por un momento al fútbol su esencia más pura. Estoy seguro de que la mayoría de ustedes no conoce de manera personal a un seguidor del Palace, y es natural que sea así, porque se trata de un club con más fanáticos que clientes.
Como sucede en cada campeonato, las historias que lo acompañan nos mueven el corazón. La figura de esta final fue el portero Dean Henderson, de grandes intervenciones durante todo el encuentro, incluido el penal que le atajó a Omar Marmoush en el primer tiempo. El meta inglés le dedicó el triunfo a su papá fallecido unos meses atrás. Ni hablar del emotivo recorrido de los hermanos Wealleans, quienes en 2011 fueron capturados en brazos de su padre – hoy fallecido a causa de cáncer– celebrando eufóricos la victoria ante el Manchester United en la final de la Copa de la Liga, y cuya imagen en esta ocasión decoró el tifo de animación en la grada del equipo londinense.
Ver viejitas y viejitos emocionados hasta las lágrimas, confesando que pensaban que morirían sin celebrar un título, es una vivencia que le da mayor peso a esta hazaña y que debe prevalecer muy por encima de los titulares que hablan del año decepcionante del Manchester City o de la que fue, probablemente, la peor temporada de Pep Guardiola como entrenador.