El que gana es el que goza
La famosa frase quedó acuñada en 1922 y desde entonces todos la repiten

Ayer la Serie Semifinal del torneo Kalil Haché inició su segunda ronda de 4 juegos, descanso el jueves día 6, aquí vamos a celebrar el día de los Santos Reyes el lunes 10.
Esos cuatro partidos podrían darnos una fotografía clara con 8 juegos jugados de los dos candidatos a la Serie Final.
Un postulado beisbolero, no escrito, refiere que los triunfos son de los jugadores aunque hayan cometido errores de fildeo, mal corrido de bases o errores mentales en tiros. En cambio, en las derrotas salen comentarios adversos a los corredores que no hicieron el pisa y corre deseado, a rachas malas de bateo (slump), al descontrol de algunos lanzadores, a las razones por qué el mánager no utilizó ha determinado pitcher en un juego tan importante y el mal manejo del relevo. Ese es el pan y la mantequilla del béisbol y lo que mantiene al fanático amando y viviendo este deporte.
Por ese motivo el que gana celebra y el que pierde analiza. A Mateo de la Rosa tuve el privilegio de conocerlo ya entrado en años a través de Pululo, su hijo. De la Rosa fue un escogidista de pies a cabeza, que militó con el equipo San Carlos, y luego para el Escogido.
"El que gana es el que goza", viene repitiéndose desde 1922. En un encuentro de Licey y Escogido, en el campeonato llamado por el pueblo el de “La Reina", dedicado a Esperanza Pereyra, reina de belleza de La Vega y primera madrina del Licey. El campeonato lo ganó el Escogido 13 juegos por 8, pero la Liga Dominicana no reconoce esa parte rica y romántica de nuestro béisbol.
Al llegar el octavo episodio, el Licey estaba al frente 3-1, comenzando los parciales del Licey a celebrar en el estadio de La Primavera que estaba ubicado en la calle Santiago en Gascue. Bateando el Escogido, con dos outs se llenaron las bases, el mánager Luis Alfau (lo recuerdo como ahora en El Conde trajeado con su gorra roja) llama a batear de emergente a Mateo de la Rosa que estaba lesionado.
En la lomita por el Licey el montecristeño Pedro Alejandro Sam. En conteo de dos strikes y una bola, Mateo disparó un largo batazo por el prado izquierdo que fue jonrón para virar el marcador y darle la victoria al Escogido. Los fanáticos del Licey estaban frustrados, porque ya habían comenzado a celebrar, mientras que los del Escogido proclamaban "el que gana es el que goza", lo que provocó que la reina Esperanza Pereyra se fuera en llanto.
De ese memorable batazo se acuñó la frase: "El palo de Mateo que hasta la reina lloró" . Este fue el primer campeonato ganado por el Escogido, al año siguiente de haber sido fundado, luego tuvo que esperar nada más y nada menos que 33 años, ya que no vieron a Linda en la Pelota de La Normal, logrando destapar la famosa bebida de la viuda en el campeonato 1955-56.
En lo que no hay dudas es que "el que gana es el que goza", porque los triunfos se celebran y las derrotas se analizan.
UN DIA COMO HOY
En 1960 se produjo el más grande duelo monticular entre dos lanzadores hermanos en la Liga Dominicana. El Licey, con Guayubín Olivo en la lomita, se impuso 2-0 a las Estrellas de Oriente y Chichí Olivo. Los únicos dos hits que permitió Guayubín salieron del bate de Chichí y no dio bases por bolas. Chichí, el derrotado, lanzó juego completo, dio 7 ponches, dos bases por bolas y luego de una base intencional vino un jonrón del paracorto Bob Sadowski.
En 1988, el lanzador derecho Dave Johnson, de las Águilas Cibaeñas, lanzó un partido sin hits, ni carreras a los Azucareros del Este en siete entradas. Ese día se produjo un doble juego y por acuerdo de los dirigentes decidieron disputar los dos juegos a siete innings. El presidente de la Liga, Juan Francisco Puello Herrera, haciendo cumplir las bases del torneo de que los juegos eran a nueve innings obligó a los dos conjuntos a completar las dos entradas faltantes. El 14 de enero de 1988 se terminó el juego de Johnson y a la altura del octavo episodio Basilio Cabrera le conectó un sencillo a Julián Vásquez y oficialmente se rompió el juego sin hits.