Soto tiene en Lindor el ejemplo de cómo cambiar los abucheos por aplausos
El boricua tropezó el primer año con los Mets

Durante siete años (2018-2024), Juan Soto demostró que además de poseer un talento especial para batear también dispone de una cabeza tan bien amuebladas como para procesar consejos que les hicieron rechazar ofertas que le resuelven la vida económica a cualquier familia por siglos hasta esperar por la que él entendía merecía.
Ahora, que la luna de miel parece haber acabado antes de los dos meses de un contrato de 15 años y que un tabloide como The Post titula que él no quiere estar en Queens, el jardinero tiene en Francisco Lindor una fuente a quien acudir para que le cuente su experiencia.
Esa presión que acompaña los grandes contratos y que está escritas en las letras pequeñas.
El torpedero boricua llegó vía cambio a los Mets en enero de 2021 desde Cleveland y en abril firmó una extensión por 341 millones de dólares y 10 años.
A finales de agosto de esa primera campaña, Lindor era abucheado por las gradas y palcos del Citi Field cuando bateaba para .222/.315/.367, con un OPS de .682, solo 11 jonrones y 38 carreras remolcadas.
Tras un partido ante los Nacionales el 29 de agosto, Lindor y su compatriota Javier Báez (también objeto de fuertes críticas con el equipo jugando tres partidos por debajo de .500) hicieron la señal de bajar el pulgar a los fanáticos, molestos al contenido de los decibelios.
Fue un gesto que antes de 24 horas tuvieron que rectificar. Pero en lo adelante el campo corto pudo levantar el vuelo y hoy construye una carrera en la que acumula 51 victorias sobre nivel reemplazo (WAR), bordeando el umbral medio de los inmortales.
Después de esa primera campaña su OPS ha sido de .812, con 31 cuadrangulares y 101 impulsadas por cada 162 choques y 6.1 WAR. Números de la estrella que se contrató y desde entonces cambió los silbidos por aplausos.
La adaptación
Por estos días, cuando los Amazin ya no puntean en el Este, a Soto la afición y desde la cadena del equipo (SNY) se le cuestiona hasta no correr como Ichiro Suzuki los rodados al cuadro, llegado del azote que recibió de los dolidos seguidores de los Yankees en su vuelta al Bronx.
Pedro Martínez salió en defensa del guardabosque y habla por su experiencia ese 1998 cuando comenzó su etapa en los Medias Rojas con un contrato de 76 millones de dólares.
"A mí me tomó mucho tiempo ajustarme a mi nuevo equipo, a mis nuevos compañeros, había demasiada atención sobre mí, muchas cosas con las que yo tenía lidiar diariamente. Hasta que finalmente lo logré", comentó un Martínez preocupado en MLB Network.
El arranque de Soto con los Mets no ha estado al nivel de los mejores con una línea ofensiva de .247/.379/.437 con ocho jonrones y 20 remolcadas en los primeros 48 partidos.
"Este es un año de ajustes para Soto, aunque simplemente se haya pasado del Bronx a Queens. Nadie piensa en la persona detrás del uniforme. Hay demasiadas cosas que pueden distraerte, un tipo como Soto no pasa de un nivel a otro de manera sencilla", dijo Martínez.
Hasta el dirigente del equipo, Carlos Mendoza, trata de equilibrar entre el apoyo a su jugador y sintonizar con lo que exige el público que pagará una parte de esos 765 millones de dólares. El miércoles, el dirigente venezolano bajó a Soto desde el segundo al tercer puesto en la alineación.
Le costó arrancar con Padres
Cuando en Washington se convencieron de que no retendrían a Soto lo enviaron a San Diego, el dos de agosto de 2022, pero le costó producir el resto de ese año. En esos 52 partidos que disputó con los Padres ese año apenas bateó para .236 con seis vuelacercas y 16 remolques en 182 turnos y su OPS fue de .778.
Calentaba motores, puesto que al año siguiente (2023) con los Frailes azotó con una línea de .275/.410/.519, su OPS quedó en .930, despachó 35 pelotas fuera del parque y remolcó 109 vueltas. Entonces fue transferido a los Yankees donde disputó un 2024 tan productivo que le mereció las mejores ofertas de la historia.