Joven seibano narra cómo sobrevivió al colapso de la discoteca Jet Set
Graverley contó que cuando ocurrió el hecho, él se encontraba a un extremo de la pista junto a un grupo de personas
Andreina Chalas
Luis Thomas Graverley, un joven seibano, narró este jueves a Diario Libre cómo pudo salir y sobrevivir del colapso de la discoteca Jet Set, una tragedia que ocurrió la medianoche del pasado martes en el Distrito Nacional.
Graverley contó que cuando ocurrió el hecho, él se encontraba a un extremo de la pista junto a un grupo de personas y que de repente empezó a caer algunas partículas del techo y que, posterior a eso, sonó algo que quebró fuertemente y en ese instante, se desplomó el techo por completo.
"El instinto o el mismo Dios me permitió que me moviera un poquito hacia atrás y lo que cayó no llegó a enterrarme.
Una de las vigas chocó con la columna y se convirtió como en un triángulo y eso gracias a Dios no permitió que me enterrara, porque a tres pasos de mi todo el mundo quedó enterrado", explicó.
El joven siguió diciendo que casi todo el que estaba con él perdió la vida y que, todo pasó en cuestión de segundos. "Fue algo grandísimo, el mismo sonido de todo cayendo hasta nos tapó los oídos".
¿Cómo pudo salir del lugar?
El joven Luis narró que, a pesar de que la salida principal estaba bloqueada, pudo llegar a las puertas que había de emergencia.
"Habían dos puertas de emergencia trasera y la puerta que estaba en la tarima principal. Yo estaba también junto al exsenador de San Cristóbal, Franklin Rodríguez. También habían unas verjas y nosotros nos volamos por la verja", contó.
Graverley siguió diciendo que luego que ya se sentían a salvo, regresaron al lugar rompieron el candado de una de las puertas y así, pudieron socorrer a algunas personas.
Recibió golpes
Tras la tragedia, Luis dijo que recibió golpes en la cabeza, en la espalda, en las manos y en las rodillas, pero estable. "Nada de gravedad".
"Él recibió golpes así mismo como yo, pero él está ingresado ahora mismo".
Finalmente, Graverley agradeció a Dios que pudo salir con vida de ese lugar.
Andreina Chalas
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