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VIDEO | El dolor que apagó su fe: Juan Mosquea, el padre que perdió a su hijo en un crimen en Guerra

Destrozado por la pérdida, exige captura de los responsables ante la indiferencia policial

Juan Mosquea ya no es él. Habla con los ojos apagados y el cuerpo inclinado, como si llevara encima una carga imposible de soltar. Tiene 71 años y perdió a su hijo Melvin Mosquea Mendoza, asesinado a tiros en el negocio familiar, mientras descargaba unas mercancías.

"Yo era un hombre de Dios, pero desde que pasó esto siento que Dios me abandonó, yo todo lo dejaba en manos de él... y mire ahora, me mataron a mi hijo, que era todo para mí, un muchacho bueno, sin antecedentes penales, ni de problemas", señaló cargado de dolor y las lágrimas a punto de caer.

El pasado martes 24 de junio, a plena luz del día, en el sector Mamey del municipio de Guerra, dos hombres interceptaron al occiso en el colmado de sus padres, despojándolo de una cadena y realizándole varios disparos, donde también resultó herida una mujer en el muslo izquierdo.

Los individuos llegaron al establecimiento como si fueran clientes. Pidieron agua, conversaron con normalidad, pero todo era una farsa.

"Yo estaba ahí, ellos estaban comprando agua, no parecían apurados. Mi hijo llegó con el saco de arroz, lo entró, y cuando fue a buscar la carne de unas fundas que faltaban por entrar le dispararon. Lo vi desangrándose", narró Juan con profunda tristeza.

Melvin dejó atrás cuatro hijos, dos ellos lo esperaban cada día con mucha ilusión luego del trabajo. Hoy, en medio del silencio y la confusión, no entienden el porqué de su ausencia.

Su esposa, Alta Bacilio lo define como el sostén emocional y físico de la casa que ha dejado a todos destruidos.

Un padre que perdió la fe

"Nací en la miseria, pero crié a mis hijos con principios", recordó Mosquea. "Aquí no se cogía lo ajeno, nos levantábamos a las 5:40 de la mañana y nos acostábamos a medianoche. Todo lo que tenemos, lo hicimos con el sudor nuestro".

Melvin fue el primero de sus tres hijos en morir. Y ese día, algo también murió en él, mientras lo recuerda con total añoranza desde su nacimiento.

"Él no tenía enemigos, nadie hablaba mal de él, hasta los querían. Yo no estoy vivo, yo soy un pedazo de gente andando", expresó.

En los días posteriores al crimen, Juan fue dos veces al Palacio de la Policía Nacional en busca de respuestas, pero solo encontró silencio.

"Me decían que el coronel no estaba, que volviera después. Y aún luego de la tragedia, deberían estar patrullando la zona... y ni eso. No han venido ni nada. Yo siento que a nosotros nadie nos oye, que el pobre no es nadie. Yo no creo en nadie, ni en autoridades", manifestó con indignación.

Mientras tanto, el tiempo pasa y la familia de Melvin solo quieren entender la razón por la que le arrebataron la vida a un hombre que, según ellos, no le hizo daño a nadie.

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Egresada de la Universidad Católica Santo Domingo. Apasionada por el periodismo humano, con experiencia destacada en temas políticos, culturales y de moda.