Gobierno inicia recuperación de la bahía de Luperón con retiro de 26 embarcaciones abandonadas
Medio Ambiente aseguró que la Bahía de Luperón enfrenta una crisis ambiental producto de barcos abandonados, derrames de lubricantes, entre otros factores

El ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, anunció este jueves el inicio del proceso de recuperación de la Bahía de Luperón con el retiro de 26 embarcaciones encalladas y abandonadas, como parte de un esfuerzo para revalorizar este importante parque nacional y proteger su ecosistema marino.
Paliza informó que la operación es ejecutada por la Armada de la República Dominicana (ARD), en coordinación con el Ministerio de Medio Ambiente, y busca restaurar el equilibrio ecológico y devolver el atractivo turístico a esta reserva natural ubicada en la provincia Puerto Plata.
"Con estas acciones procuramos que la experiencia de los visitantes sea comparable a la de otros destinos turísticos. Este esfuerzo busca atraer un flujo constante de visitantes, equilibrando la cantidad y densidad de actividades en la zona", expresó el ministro Paliza a través de su cuenta en la red social X.
La iniciativa se enmarca en lo establecido por la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, que regula la conservación, restauración y uso sostenible del entorno natural, explicó el funcionario.
Crisis ambiental documentada
De acuerdo con un informe técnico del Ministerio de Medio Ambiente, emitido en junio de 2023, la bahía de Luperón (también llamada bahía de Gracia) enfrentaba una crisis ambiental causada por:
- Embarcaciones abandonadas y sin gestión adecuada de desechos.
- Derrames de lubricantes, provenientes principalmente de barcos pesqueros (70 %) y reparaciones clandestinas (19 %).
- Amarres ilegales en manglares y uso indebido de artes de pesca.
- Lavaderos de vehículos (8 %) y fallas en motores de yolas (3 %).
Estas condiciones amenazaban gravemente el ecosistema local, incluyendo manglares, fauna marina y otras especies propias de la región.
Según la información, la mayoría de las embarcaciones retiradas pertenecían a empresarios dedicados a la pesca en alta mar que habían abandonado sus naves, representando un riesgo para la seguridad ambiental y turística de la Bahía de Luperón.