¿Cómo ahorrar si tienes los mismos ingresos?
Una mezcla de minuciosidad, disciplina y, sobre todo, una mirada puesta en el futuro, te llevarán lejos, incluso cuando tus ingresos no suban en el corto plazo
Una idea errónea, repetida, por cierto, hasta el cansancio, es que si hay pocos ingresos no se puede ahorrar. "¿Qué voy a hacer ahorrando dos 'cheles' al mes?". Pues, esos dos "cheles" hacen una gran diferencia.
El ahorro, incluso cuando se hace con montos pequeños, trae como consecuencia: aprendizaje, disciplina financiera, mejoría económica y nuevas perspectivas de crecimiento.
Se trata tan solo de seguir los siguientes pasos, la repetición de ellos resultará en un orden estimulante para tu bolsillo.
Detecta cuánto gastas
La primera clave está en esta pregunta: "¿En qué se me va el dinero?". Para responder es importante detectar tus gastos de los últimos tres meses. Descúbrelo revisando los estados de tus cuentas y tarjetas bancarias.
Adicionalmente, sería bueno vigilar tus gastos pequeños en efectivo: cafés, pasajes, bebidas, parqueo, propinas, chucherías y demás gastos por ese orden. Lo puede hacer en una libreta, una hoja de cálculos o una app.
Las cuatro primeras categorías son, usualmente, gastos fijos. Sabemos de antemano el precio del alquiler o de la hipoteca. Lo mismo ocurre con medicamentos de un tratamiento habitual (no así con eventualidades) y de la escuela o la universidad.
Mientras que con el resto de las categorías es mejor sacar un promedio a partir de sus variaciones en los últimos tres o seis meses.
Ubica dónde reducir gastos
La primera categoría donde recortar es entretenimiento. Restaurantes, conciertos, bares, cine, discotecas, partidos deportivos y diversiones similares pueden reducirse o eliminarse de plano.
¿Esto quiere decir que debo amargarme en casa? No, reducir las salidas, usar streaming compartido, celebrar en casa, hacer una comida familiar, asistir a eventos gratuitos, distraerse en espacios públicos... son formas de abaratar costos y mantener la necesaria dosis de distracción.
En el rubro de alimentación se pueden sustituir unas marcas por otras genéricas, comprar al por mayor algún producto de uso frecuente, reemplazar algunas carnes por otras menos costosas, limitar las golosinas, etc.
También es útil disminuir o eliminar las compras no prioritarias: ropa y calzado, utensilios para la casa, compras en línea, suscripciones a servicios online, bebidas alcohólicas, cigarrillos y similares.
Concreta un monto y cúmplelo
Con reducciones de este tipo conseguirás un monto, así sea pequeño, para destinar al ahorro. Ese monto se debe respetar todos los meses, es lo que hará la diferencia si tus ingresos permanecen iguales.
Para evitar incumplimientos, el primer desembolso que te hagas de tu salario debe ser para el ahorro. Incluso si temes que te "tiemble el pulso", automatiza la transferencia.
A medida que vayas cumpliendo con tu cuota mes a mes, vas a sentir una gran satisfacción.
Para evitar caer en compras fuera de lo presupuestado, es bueno hacerse cuestionamientos antes de comprar:
¿Lo que voy a comprar va a tener una duración a largo plazo?
¿Me ayudará a generar más recursos económicos, más conocimientos o más capacidad de avanzar en mi vida profesional?
Si demoras la compra un par de días repitiéndote estas interrogantes, hay más probabilidades de que aplaces o desistas de las compras innecesarias.
Ahorrar para qué
Las metas de ahorro pueden ser de corto plazo (vacaciones), mediano plazo (la adquisición de un vehículo o casa) o largo plazo (adquisición de más inmuebles).
Es bueno tener objetivos, estos varían de persona a persona. Pero hay dos objetivos que deberían ser irrenunciables para todos: un fondo de emergencia y un fondo de retiro laboral.
El primero equivale a entre tres y seis meses de gastos fijos. Sirve para respaldo ante pérdida de empleo, emergencias de salud, reparaciones inesperadas y otros desembolsos imprevistos pero impostergables.
El segundo es de gran importancia para asegurar un retiro o vejez con las necesidades esenciales cubiertas.
Educación y nuevas metas
Es recomendable acompañar los esfuerzos de ahorro con educación. Esta mezcla es muy poderosa.
El estudio Determinante del ahorro de los hogares, del Observatorio de Ahorro Familiar en España, detectó que cuando se juntan el conocimiento financiero percibido (la noción de que se saben manejar las finanzas) con el conocimiento objetivo (conceptos básicos de finanzas, mecanismos de ahorro e inversión, y de instrumentos financieros), el porcentaje de ahorro se elevaba hasta casi el 80% entre las familias que reunían ambas condiciones.
Mientras, sostiene el estudio, seis de cada diez encuestados que no poseían ningún conocimiento financiero, y lo aceptaban, terminaban sin ahorrar nada.
De modo que es útil actualizar el conocimiento económico, a tales fines pueden ser útiles los blogs sobre la materia, como el de Finanzas Responsables del BHD.
Ahorrar para invertir
Una vez que el ahorro se convierte en un hábito, y se tiene más conocimiento sobre instrumentos financieros, lo recomendable es escalar a las inversiones.
Son útiles instrumentos como los fondos mutuos de renta fija, las cuentas de inversiones y los multiplazos. Con ellos se puede rentabilizar mucho el patrimonio consolidado.
De modo que el ahorro es apenas el primer paso, ¡pero crucial!, para conquistas financieras mayores. Da el primer paso hoy.