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VIDEO | La ruta de Patricia: un recorrido en silla de ruedas, entre rampas rotas y calles sin acceso

La ruta hacia su trabajo evidencia lo poco amigable que es la ciudad para las personas con discapacidad

Patricia Ramírez inicia su día a las 7:30 de la mañana en Villa Mella. Como es una joven con discapacidad desde sus 7 años de edad, un conductor la recoge en la puerta de su casa, guarda su silla de ruedas en el vehículo, y la lleva hasta la estación del Metro. Desde ahí, el trayecto fluye sin complicaciones: los trenes están adaptados y el acceso es ágil. 

Sin embargo, el verdadero reto comienza cuando llega a la última estación: la Coronel Rafael Fernández Domínguez, donde debe cruzar debajo del paso a desnivel que conecta la avenida John F. Kennedy con la V Centenario.

Al finalizar este pasillo, se dirige hacia el parque Mauricio Báez, pero en el lado izquierdo no existe una rampa. Esto la obliga a bordear todo un triángulo por la avenida para poder llegar al otro extremo del paso peatonal, donde sí hay una rampa, aunque en mal estado.

La situación es particularmente grave en las inmediaciones del Centro de Rehabilitación donde ella labora. Para llegar allí, no existen rampas adecuadas, afectando tanto a quienes acuden a terapias como a los niños que asisten a la escuela. “Es donde más se necesita”, enfatiza.

Durante el recorrido, también hay otro problema: muchas rampas están bloqueadas por vehículos estacionados sobre las aceras, obligando a los peatones a desplazarse por la calle

Cuando Patricia visitó España, disfrutó de una verdadera accesibilidad e inclusión: “Había personas en sillas de ruedas por todas partes y todos los parámetros de rampas se cumplían”, comenta.

En la República Dominicana, las rampas para personas con discapacidad no deben tener una inclinación mayor al 8 %. En España, este límite depende de la longitud de la rampa: en tramos cortos se permite hasta un 10 %.

En cuanto al ancho y los descansos, las reglas son parecidas en ambos países, aunque en la República Dominicana se exigen requisitos adicionales para los bordillos y pasamanos. 

La Ley 5-13 sobre Discapacidad y la normativa técnica Nordom 779 establecen medidas específicas para las rampas, requisitos de señalización y sanciones en caso de incumplimiento, además de contar con los reglamentos del Ministerio de Obras Públicas. 

Normas incumplidas

Aunque existe un reglamento que establece cómo proyectar espacios sin barreras arquitectónicas en las obras públicas, Patricia denuncia que rara vez se aplica. Algunas rampas son demasiado altas debido al asfalto, y otras, aunque inicialmente construidas correctamente, se dañan durante reparaciones

En un recorrido por el polígono central, Diario Libre observó rampas interrumpidas por tapas de metal, así como zanjas que unen la calle con las rampas en mal estado o rotas. 

En muchas intersecciones, había rampas en el lado derecho, pero al cruzar hacia el izquierdo no existían. La situación se repite en una de las vías más concurridas: la Av. Winston Churchill. “Debido a la falta de accesibilidad en la vía pública, muchas personas se limitan a trabajar o estudiar. El tema de las discapacidades en este país no se toma en serio”, lamenta Patricia.

RD$4,000 millones para un plan

  • El pasado 7 de agosto, el Gobierno anunció la asignación de 4,000 millones de pesos para un Plan Nacional de Mejoramiento de Infraestructura Peatonal, orientado a la construcción de aceras y contenes en los municipios. El proyecto durará un año y se exhortó a los ediles a ejecutar las obras “rápido y cumpliendo la ley”.

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